"¡AMA, ahora se han quedado calvas y van a tener frío!" El comentario espontáneo de uno de los espectadores de la exhibición de esquileo de ovejas desencadenó las carcajadas. Con un tiempo excelente, Güeñes recobró el programa completo con el regreso de la monográfica de Euskal Oiloa cinco años después y el público infantil lo disfrutó al máximo. Primero la pandemia y después la gripe aviar privaron a la feria de San José del apartado avícola, otra vez acompañado por la tradicional monográfica de perro villano de las Encartaciones y la muestra de ganado local.

Otro de los pequeños asistentes no perdió detalle de cómo un juez examinaba a un conejo. Primero, en la báscula y después con el metro. “Existe un estándar de la raza y lo que se desvíe de ahí penaliza”, explicó Aitor Hernández, integrante de la Asociación de Criadores de Razas Aviarias Vascas, Eoalak, nacida en 2006 para salvar del peligro de extinción razas que históricamente han formado parte de la vida en los caseríos. Con los conejos, en concreto, “estamos trabajando en la certificación” que ayudará a unificar los estándares y controlar la población. Para ello, “hemos revisado bibliografía y este tipo de conejo comía la hierba que se le caía al ganado”.

Ver a tanta gente dando una vuelta por el frontón resarció en cierta medida del disgusto de tener que cancelar los dos años anteriores. “Hay quien se ha desanimado a criar y el nivel general de calidad ha bajado un poco”, valoró Miguel Ángel García, criador de Güeñes que preside Eoalak. No obstante, en la feria de San José, que contó con alrededor de 230 ejemplares, “hemos percibido que se ha mantenido en la línea de 2019”, la última vez que se celebró la monográfica de Euskal Oiloa, “cuyas variedades: Beltza, Gorria, Marraduna y Zilarra, se corresponden con los colores”. Ayer domingo se congregaron criadores de Nafarroa, Palencia, Burgos y Araba, aparte de Bizkaia. El de Güeñes “es un concurso de excelencia” y durante el año la asociación organiza, además, campeonatos territoriales y una exposición que rota por distintos municipios.

Ganado local

Los perros villanos de las Encartaciones desfilaron en el certamen al lado del edificio consistorial, mientras que la exhibición ganadera ocupó el aparcamiento contiguo al batzoki, con animales procedentes todos ellos de explotaciones del municipio de ganado bovino, ovino, pottoka, equino, asno de Las Encartaciones, caprino y alpacas. Desde ahí partieron también los recorridos en un carro tirado por bueyes.

La Granja Murrieta enseñó a los niños y niñas a ordeñar vacas, como hacen en las visitas que permiten conocer su explotación en Galdames y su filosofía basada en obtener productos naturales de kilómetro cero. Para culminar el ciclo, llevaron a Güeñes sus yogures cremosos que han logrado el reconocimiento dentro y fuera de Enkarterri.

Igualmente representativo de la comarca, el txakoli Txabarri está de enhorabuena después de haber ganado el segundo premio del Concurso de Vinos Atlánticos Internacional en blancos jóvenes por Txa Kolitza. Presentado en la pasada fiesta de los montes bocineros en Balmaseda, se inspira en esta cima y luce en la etiqueta la imagen de la ermita de San Sebastián y San Roque. “Estamos muy contentos porque componían el jurado en su mayoría poseedores de estrellas Michelin”, indicativo de su calidad, se felicitó José Domingo Txabarri. El certamen “abarca un área muy amplia: de Cádiz, Portugal, Galicia, Asturias, Cantabria, Euskadi, Francia y el Reino Unido”.

Txabarri se sumó a la degustación solidaria de txakoli acompañada de mini hamburguesas cuya recaudación contribuirá al proyecto que el voluntariado del servicio de juventud de Güeñes, Gugaz, desarrolla en Senegal de la mano de la ONG Hahatay Sonrisas de Gandiol. Los adolescentes se turnaron en el puesto ilusionados por poder contribuir, como ya hicieran en la txarriboda que el núcleo urbano de La Quadra acogió en febrero. Güeñes ha colaborado activamente durante años con el centro cultural Aminata, un referente. Honra la memoria de Nerea Pérez-Arróspide, amiga del fundador de Hahatay, Mamadou Dia, fallecida en 2015 antes de poder ver terminado este núcleo de desarrollo imprescindible para la población, en especial para la más joven.

Alarde de danzas

Andra Mari Dantza Taldea protagonizó un alarde de danzas y dispuso de su propio stand en la feria en el que se alternaron cerca de una veintena de sus componentes en la venta de los deliciosos manjares que habían preparado. El dinero obtenido “nos ayuda a costear la intendencia: mantenimiento de trajes, aros, espadas...”. Lo interesante se intuía en la trastienda, donde habían preparado más género para que no cundiera el desabastecimiento. “Tenemos muchas ganas de ir a la exposición de los trajes inspirados en las fotografías de Eulalia Abaitua que hay en el museo de La Encartada. Hemos leído que han sacado un libro con los patrones de uno de ellos y luego seguirá el resto”, compartieron antes de bailar en la plaza Galdotza Arana.

Frente a la iglesia se ubicaron los puestos de artesanía y el pabellón de cristal albergó una selección de vestidos confeccionados en papel del concurso que tiene lugar en septiembre. Pese a que Bizkaibus y trenes circularon con frecuencia entre Bilbao, Alonsotegi, Güeñes, Zalla y Balmaseda a lo largo de la jornada, muchos de los asistentes se animaron a acudir andando. Se encontraron con numerosos carteles que anticipan la próxima feria en Güeñes. El 1 de mayo, en el parque Arenatzarte florecerán las plantas.