Es el único tramo de la línea 2 del metro entre Barakaldo y Santurtzi que no discurre bajo tierra y parece que estar a la intemperie y en superficie no le ha sentado nada bien. Se trata del viaducto de Urbinaga, el paso elevado que conecta dos túneles del metro, uno que llega desde Barakaldo y otro que se mete en las entrañas de Sestao, el cual el Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) tendrá que sanear a lo largo de los dos próximos años como consecuencia de los múltiples deterioros que se han detectado.

Si las obras se van a prolongar tanto tiempo es porque se efectuaran en horario nocturno para impedir afectar al servicio del metro.

La presencia de fisuras, abombamientos y desconchones en el hormigón, humedades constantes, pintura perdida con corrosión presente a simple vista obligó el año pasado al CTB a encargar un estudio específico para concretar la salud real de este viaducto que se compone de seis tramos diferentes.

El primero saliendo de interior de Barakaldo es el paso inferior por el que transcurre el bidegorri de Galindo, le sigue el puente sobre el río del mismo nombre, la subestación eléctrica, el primer tramo de viaducto para uso de metro, la propia estación de Urbinaga, y la segunda sección antes de entrar por debajo de Sestao. Como complemento también se ha analizado la pasarela peatonal metálica de acceso a la estación del suburbano.

El informe efectuado por Teknes Innovación fue preocupante ya que a lo largo de los casi 700 metros de recorrido analizado se encontraron zonas deterioradas que “pueden afectar al conjunto estructural”, indicaron. En su gran mayoría han sido producidas por las filtraciones de agua a través de las juntas transversales de dilatación y el agua de escorrentía, la que corre tras las lluvias fuertes, que discurre por los estribos del viaducto.

Además, las estructuras también presentan “una fisuración muy generalizada” haciendo una “especial mención a la altísima degradación presente sobre los hastiales de la sección en el viaducto sobre la ría, donde la fisuración es muy importante”, concretaba el estudio técnico.

Con este escenario, la intervención generalizada era necesaria. Por ello el CTB ha sacado a concurso los trabajos por un importe que no subirá de los tres millones de euros, los cuales se desarrollarán durante 96 semanas una vez den comienzo.

Serán varias las reparaciones a ejecutar. La más importante será el refuerzo del hormigón armado de las columnas que aguantan el tablero del viaducto. Para ello se sacará la tierra hasta llegar a la base del pilar, la cual se picará hasta dejar la armadura de hierro expuesta. Después se perforará para acometer unos anclajes químicos y finalmente hormigonar de nuevo el refuerzo. El CTB cree que esta solución evitará más fisuras pero se va a asegurar de ello vigilando con un informe mensual los movimientos de apertura y cierre de las pilastras al paso de trenes tanto antes como después de la ejecución del refuerzo correspondiente a la base de la pila.

Pero ahí más. Se dispondrá de un goterón o canalón longitudinal a cada lado de todo el viaducto anclado al hormigón e impermeabilizado para impedir que el agua discurra hacia la estructura. Se repararán los múltiples desconchones y fisuras del hormigón a simple vista, también se limpiarán las humedades, eflorescencias y la pequeña vegetación presente e incluso se aprovechará para retirar los grafitis.

Así mismo, se pintarán los arcos del viaducto que soportan de catenarias, los tubos de borde en el tablero y la pasarela metálica que sirve a los usuarios para acceder a la estación del metro.

Al detalle

Informe Análisis exhaustivo del viaducto

Un informe ha detallado todos los problemas detectados en la estructuras y aledaños y las fórmulas necesarias para evitar problemas futuros en la estructura.

Dos años

Los trabajos serán durante la noche

Para que el servicio del metro no se vea afectado el saneamiento del viaducto tendrá lugar en horario nocturno.

Vigilancia

De los pilares una vez hecha la obra

Se monitorizará que no se produzcan más fisuras en las columnas con el movimiento que sufren al paso de los trenes.