Con un ojo en el cielo y otro en la tierra, prevenidos por los anuncios meteorológicos que anunciaban las fuertes lluvias que podían registrarse en Meatzaldea a lo largo de la mañana, pasaron buena parte de la jornada los cerca de 60 voluntarios que ayer tomaron parte en la convocatoria para la plantación en la zona de La Chula, enmarcada en el Zuhaitz Eguna de Abanto-Zierbena. Una iniciativa municipal que desde hace años se desarrolla en la zona de los accesos al polígono industrial de El Campillo, en colaboración con la Asociación Ecologista Kima Berdea. Ha permitido la plantación y renovación de más de 300 ejemplares de árboles autóctonos que se suman a los cientos que Kima Berdea ha sembrado en otras zonas del municipio minero, como el parque Alberto Ezkurdia.

Alba Arteaga y Laia Etxeberria, dos jóvenes jesuitinas que se desplazaron desde Bilbao y Basauri para participar en la reforestación de esta zona adulterada por la industria minera, fueron dos de los numerosos menores que ayer contribuyeron a la recuperación natural de esta zona. “Hemos decidido que nuestro árbol, un aliso, se llame Albalaia”, señalaban estas jóvenes escolares que en su centro ya cuentan con su propio árbol, Tuki, que crece desde hace varios años en su centro.

Una labor que agradeció el coordinador de la jornada, Antonio Mateo, colaborador infatigable de Kima Berdea, quien destacó que jornadas como la de ayer suponen una clara mejora medioambiental del municipio. “Ellos piensan que han venido a plantar un árbol, pero lo realmente importante es que con su aportación lo que están es contribuyendo a crear un bosque con especies propias del robledal atlántico y que, tal y como hemos visto en las parcelas de intervención de estos años, hemos apreciado un gran aumento de la biodiversidad tanto por la presencia de pájaros como de invertebrados”, destacó Mateo.

Frondosas

La actividad ambientalista dio comienzo a partir de las 10.00 horas, en la zona baja de la cuesta de La Chula (subida a El Campillo) donde se procedió a la plantación de 60 unidades pertenecientes a especies autóctonas propias de los bosques atlánticos de Euskadi. Una jornada que, tal como transmitió Mateo a los asistentes, se enmarca en los objetivos de la agenda 2030, que marca la necesidad de “incrementar la superficie de vegetación autóctona del municipio”. En este sentido, la jornada de ayer permitió la plantación de 25 fresnos (Fraxinus excelsior), 10 abedules (Betula celtibérica), 15 robles (Quercus robur), cinco alisos (Alnus glutinosa) y cinco manzanos silvestres (Malus sylvestris). Un bagaje natural que sirvió además, a juicio de Mateo, para “incidir en otro capítulo importante, como es la sensibilización y la concienciación ambiental porque al participar niñas y niños se está plantando una semilla en ellos y ellas en el respeto del medio ambiente”.

Además de la plantación de estas especies autóctonas, también se han previsto otras actividades para disfrutar de una jornada en familia. Los más txikis podrán convertirse en divertidos personajes con diseños de pintacaras. También habrá un delicioso hamaiketako saludable que las personas asistentes disfrutarán a base de brochetas de fruta cubiertas de chocolate caliente. Durante la jornada, también se pudo visitar el Museo de la Minería del País Vasco y participar en la Ekoetxea Meatzaldea, de las aventuras de En busca de los animales perdidos, un teatro infantil de la mano del cuenta cuentos Alberto Bargos.