Los “sondeos de valoración arqueológicos” están resultando “muy interesantes porque hemos encontrado indicios sólidos que demuestran que es un espacio donde hay una secuencia de ocupación durante toda la alta Edad Media y siglos posteriores, porque la ermita data del siglo XII o XIII. Y estos primeros hallazgos nos hacen sentirnos muy emocionados”. Palabras de satisfacción de Teresa Campos, doctora en Arqueología por la UPV y miembro de Malmasingo Lagunak, así como del grupo de investigación GIP y PAC y directora del proyecto de Socialización del Patrimonio de Arrigorriaga, una iniciativa de investigación y estudio que arrancó en 2020 poniendo el foco y el interés en la ermita de San Pedro de Abrisketa y que está empezando ya a dar resultados “muy esperanzadores”, afirma.

Y es que la campaña de prospección para evaluar el potencial arqueológico del exterior del pequeño templo religioso, iniciada a mediados de enero, ha sacado a la luz indicios “muy prometedores” para avanzar en la investigación. Por un lado, bajo el terreno inspeccionado en las zonas sur y norte de la ermita “nos hemos encontrado parte de una necrópolis, seguramente alto medieval; es decir, de una época que discurre entre los siglos VI y X”. En el terreno ubicado al sur, el antiguo cementerio “está bastante arrasado”. Sin embargo, los restos de tumbas localizados en el suelo excavado en la zona norte, “presentan unas calles muy definidas, están hechas en la roca, algunas parecen que tienen hasta lajas: piedras grandes, lisas y llanas, y se conservan mucho mejor”, detalla.

El descubrimiento, precisa la directora del proyecto, “es algo que podríamos esperar respecto al comportamiento de este tipo de ermitas” y, sobre los restos localizados en estas zonas de enterramiento, indica que “la mayoría se conservan mal por el tipo de terreno de esta zona, pero algunos están decentes y vamos a aprovechar para analizarlos”. Se trata de una posterior investigación científica y de laboratorio que “nos podría responder a algunas preguntas e indicar el tipo de alimentación de esas personas, si presentan algún tipo de patología e incluso podrían ayudar a definir, de una manera más concreta, la cronología de esas tumbas”.

Agujeros de poste

Un segundo descubrimiento de gran interés para el equipo de arqueólogos e investigadores dirigido por Teresa Campos son agujeros de poste. “Hablamos, por tanto, de la existencia en esta ámbito de una arquitectura en madera. Los sondeos que estamos realizando en esta fase son modestos, no hemos abierto mucho terreno, y no podemos aún definir bien su planta. Al verlos, nos está dando indicios de que allí había una estructura de algún tipo que podría ser un asentamiento en forma de cabaña o, incluso, una estructura de culto anterior a la ermita que todos conocemos”. Faltan, todavía, “muchos elementos de análisis” para que estas hipótesis lanzadas por los expertos se conviertan en algo más consistente, pero “por eso decimos que los resultados, teniendo en cuenta que son unos sondeos de valoración, son muy esperanzadores”.

La ermita de San Pedro de Abrsiketa está datada entre los siglos XII y XIII. S.M.

Las expectativas, de cara al futuro del trabajo de investigación, son optimistas, pero todo lleva su tiempo. “En breve acabaremos esta fase de prospecciones, cerraremos el espacio y comenzaremos el análisis de muestras para poder dar un sentido al discurso que podemos generar a través de los datos y hallazgos recopilados”. El objetivo es seguir avanzando con un propósito claro: “gracias a los estudios de este tipo de enterramientos o asentamientos de la alta Edad Media estamos escribiendo la historia de la gente que no tiene historia y generar otro relato, hasta ahora desconocido, sobre cómo vivían las personas que no aparecen en los libros de historia”.

Socialización del trabajo

Este proyecto de investigación, que cuenta también con el apoyo del Ayuntamiento de Arrigorriaga, la Diputación Foral de Bizkaia, Cementos Rezola y la UPV/EHU, comenzó en 2020 con un vaciado de toda la documentación existente sobre la ermita de San Pedro de Abrisketa y el trabajo de campo realizado en el mes de noviembre que consistió en una prospección por georradar y un estudio de documentación fotogramétrica de los muros del templo. Ahora, junto a los hallazgos obtenidos durante los sondeos de valoración, se ha impulsado también la socialización y divulgación del proyecto liderado por la asociación local Malmasingo Lagunak. “Nosotros no creemos en una arqueología hecha detrás de las vallas. Queremos que la gente pregunte, que sea partícipe de todo el proceso y las fases”. Por ello, ayer mismo hubo una primera sesión de visitas abiertas a la población para ver in situ las áreas de sondeo y recibir explicaciones detalladas del equipo de arqueólogos. “También estamos en contacto con el instituto para enseñar allí nuestro trabajo y organizaremos alguna charla”.