Rondan las seis de la tarde y en la explanada de Megapark en Barakaldo hay una larga cola de personas de todas las edades que esperan para entrar al circo a presenciar el espectáculo Viva el Circo cuyo elenco encabezan Alfonso Aragón, Fofito, y su hija Mónica Aragón. Al aparecer la imagen del emblemático payaso en una pantalla, un niño de unos cinco años grita “¡Fofito!”, una prueba de que la pasión por esta familia también ha llegado a las nuevas generaciones.

¿Qué acogida ha dado el público de Bizkaia a este espectáculo que se podrá ver en Barakaldo hasta el próximo día 25?

Fofito: La acogida ha sido muy buena y está yendo fenomenal. Estamos muy contentos pero no sólo de cómo está yendo aquí, sino de la acogida que ha tenido este espectáculo durante los dos años que llevamos con él.

¿Es un espectáculo en el que, con la excusa de los niños, los mayores recuerdan su infancia?

Mónica Aragón: Sí, los mayores vienen a recordar, pero nos estamos dando cuenta de que no hace falta la excusa de los niños. Hay gente joven y mayor que viene sin niños y se lo pasa fenomenal. Es un espectáculo para todas las edades.

Viniendo hacia aquí, en la cola, un niño de unos cinco años al ver su imagen en una pantalla gritaba “¡Fofito!”. Es una muestra de que las generaciones pasan, pero la pasión se mantiene.

F.: La culpa, en el buen sentido, la tienen los colegios porque los profesores les ponen las canciones infantiles de aquella época. Así se transmiten nuestras canciones. En nuestras actuaciones se ve a niños alucinados al ver que sus padres y abuelos se saben nuestras canciones.

M. A.: La de ahora es una generación muy digital y eso también tiene sus cosas buenas. Sus padres les enseñan quienes fueron Los Payasos de la Tele y eso hace que nos conozcan pese a su corta edad y que se sepan todas las canciones. Es muy tierno ver cómo hay niños que se ponen nerviosos al ir a conocer en persona a Fofito.

F.: La reacción de los niños es muy natural y, además, ahora tienen mucha soltura. Intervienen en el espectáculo, participan más; antes se sentaban, estaban callados y ya está. Ahora están más espabilados y es una forma muy bonita de que nos vean y nos quieran.

“Lo que engancha del circo a los niños es que no saben qué va a pasar justo después. Es una sorpresa tras otra”

Este espectáculo es, de alguna manera, repasar su legado musical.

M. A.: Sí, siempre hay alguna queja porque no hemos cantado alguna canción en concreto, pero es que son miles y miles e intentamos recopilar los grandes éxitos que han pasado de generación en generación. Es nuestra manera de darles las gracias por todo su cariño.

¿Qué tiene el circo que engancha al espectador?

F.: A los niños creo que lo que les engancha del circo es que no saben qué va a venir después. Es una sorpresa tras otra y eso funciona siempre muy bien.

¿Es ese el secreto para que la generación de las pantallas siga amando el circo?

M. A.: Yo creo que sí. Eso y el ver que las cosas pasan delante de sus ojos, no tras una pantalla, es algo que hace que los niños disfruten mucho con el circo. Además, si a todo eso le añades el contacto entre el público y los artistas, esa reacción inmediata del público a lo que sucede en el escenario, hace que el circo nos enganche también a quienes formamos parte del espectáculo.

La familia Aragón ha estado presente en casi todas las etapas de nuestra televisión.

M. A: Sí, porque cuando ellos llegaron aquí, la tele llevaba muy poquito tiempo. Luego los que hemos ido llegando hemos vivido la llegada de las cadenas privadas y ahora nos estamos adaptando a las plataformas. Hay que adaptarse constantemente a todo lo que viene.

F.: Mi padre y mis tíos debutaron en América en la tele cuando yo nací, en 1949. Cuando llegaron aquí, se estaba en pleno cambio a la tele en color y les decían a los cámaras cómo tenían que coger los colores porque ellos traían ya esa experiencia de América.

Interpretación, televisión, música, cine, circo... ¿Le falta algo a sus carreras?

F.: Hemos tocado todos los palos. Incluso, en EE. UU. trabajábamos más para adultos que para niños. Podemos decir que hemos hecho casi de todo.

El día del Athletic-Barcelona de Copa estuvieron en San Mamés y conocieron a todo un mito como Iribar.

F.: Fue una experiencia maravillosa porque admiro mucho a Iribar. Además, me demostró que conoce de nuestra familia mucho más de lo que podía imaginar. Yo no sabía que conocía tanto nuestra trayectoria como yo la suya. Me hizo muchísima ilusión estar con él.

M. A.: Les hice yo una foto para que la tenga de recuerdo (risas). Fue genial y encima tuvimos la gran suerte de presenciar un partidazo en San Mamés aquel día.