Tres años y tres meses son la vida de esta sección dominical en las páginas de DEIA. En total son 39 meses el tiempo transcurrido entre la publicación de los artículos que comenzaron el 4 de octubre de 2020 y este de hoy. Y como me gusta esto de los números redondos, no porque lo sean, sino porque para mí cada 25 artículos es como llegar a un campamento de altura al que consigo alcanzar, por eso mismo escribo hoy esta historia.

Quería recordar cuáles fueron estos hitos. Así, por ejemplo, el artículo número 25 (9 de mayo de 2021) lo titulé El intrépido y joven escalador Alberto Abos, siendo la segunda entrega que hice sobre este extraordinario montañero, quien fuera gudari del batallón Ochandiano y que compartía cordada con los mejores pioneros alpinistas vascos. Véase Odiaga, Ferrer, Sopeña, entre otros de aquella primera división alpina.

El artículo número 50 (5 de diciembre de 2021) se tituló 50 historias montañeras en DEIA. Entonces todavía solo escribía sobre montañeros fallecidos. En el número 75 (19 de junio de 2022) y que titulé Arqueología en Gorbeia, contaba la historia de una interesante conferencia que Juan Carlos López Quintana, Tana, ofreció en el Parketxe de Gorbeia en Areatza.

Ya en el número 100 de esta sección de Historias Montañeras (15 de enero de 2023) y titulado Centenario de la Federación Vasco-Navarra de Alpinismo, explicaba la primera reunión que tuvimos en la localidad navarra de Huarte, de cara a esta efeméride que ya ha comenzado y que no es otra que la celebración de los cien años del montañismo vasco agrupado.

El artículo número 125 (6 de agosto de 2023), titulado Cabaña Verónica repasaba la historia del refugio que el bilbaíno Conrado Sentíes instaló en Picos de Europa, tan relacionado históricamente con nosotros los montañeros vascos, siendo esta la historia de una cúpula protectora de una batería antiaérea del portaaviones USS Palau, desguazado en Sestao en 1961, y que compró Conrado. Así lo nombró en honor a su hija. Lo escribí en el 50º aniversario de aquella puesta de altura para el cobijo de los alpinistas en aquel lugar donde no hay agua, y estando presente Verónica Sentíes.

El COBI y el centenario de la FVNA

El Club de Orientación Bidea, como agrupación de la Federación Vasca de la Montaña, va a celebrar el centenario de la FVNA aportando una propuesta muy interesante. Una prueba de Orientación en el Cementerio Municipal de Bilbao, sito en Zamudio-Derio.

Allí está enterrado el fundador y apóstol del montañismo vasco, Antxon Bandrés Azkue y, por supuesto, algunos otros importantes montañeros que Jesús de la Fuente (83 años y en activo, documentalista del montañismo vasco) ha localizado. Se celebrará el 18 de mayo a la tarde (para no molestar a la actividad propia del cementerio), y la prueba consistirá en realizar un recorrido por las sepulturas de estos montañeros, con balizas, las cuales tendrán que ser localizadas con un mapa de orientación, en el que ya están trabajando. La dirección del camposanto les ha concedido autorización.

Esta acción no es un simple acto deportivo sino una oportunidad para que los montañeros que quieran se acerquen al cementerio como cultura y veneración por nuestros alpinistas más significativos allí enterrados. Además, esta cita me viene a cuento porque tengo previsto escribir sobre las tumbas. Bueno, acerca de estas... De cuatro de los montañeros vascos más importantes que han existido. Espero durante el año del centenario de la FVNA poder hacerlo. El propio Jesús de la Fuente el domingo 18 de febrero guiará, como lo lleva haciendo muchos años, una salida oficial de su club por la nueva pasarela que sale de Elorrieta, en Bilbao, y continúa por la Sierra de Ganguren.

He llegado al artículo número 150 y es mi intención seguir publicando otras Historias Montañeras. No quería despedirme en este primer domingo de febrero sin dar las gracias a tantos y tantas lectoras que se ponen en contacto conmigo a través del correo electrónico (udiarraga@hotmail.com) tras leer los domingos esta página que cierra la sección Hemendik. Solo por ellos es un placer contar estas historias para llegar a la número 200. No quiero olvidarme de dar las gracias al rotativo DEIA por dejarme esta página, que es el eslabón de la cordada que nos une a ti lector montañero y a mí, digamos escritor. Eskerrik asko bihotzez.