El pasado año la actividad del aeropuerto de Bilbao fue de récord con más de 6,33 millones de pasajeros pasando por su terminal, lo que le aupó a ser el aeródromo con mayor incremento, un 23,5%, de los dieciséis mayores del Estado. A ello se unió los 51.448 aterrizajes y despegues gestionados, un 14,5% más que el año anterior, y las 18 rutas estrenadas el verano pasado sumando un total de 95 conexiones a 65 destinos, una conectividad nunca antes vista.

Espectaculares cifras que tienen un trasfondo financiero ya que supusieron que el impacto económico de la actividad de La Paloma superara los cinco mil millones de euros, según un estudio realizado por Bilbao Air, la sociedad para la promoción del aeropuerto que depende de la Cámara de Comercio.

Otro dato de récord si tenemos en cuenta que el año 2019, el último de normalidad aeronáutica donde La Paloma se quedó a las puertas de los seis millones de pasajeros, el impacto económico apenas si superó los 4,7 miles de millones de euros.

Unas cifras que significan que el impacto de la actividad aeroportuaria alcanza un 14,5% aproximadamente sobre el PIB del territorio y un 7% sobre el empleo.

Bilbao es uno de los pocos aeropuertos del Estado que aporta estos datos gracias a la metodología implementada por Bilbao Air y desarrollada por un aporte económico de la dirección de Transportes del Gobierno vasco.

Una herramienta que se alimenta de infinidad de datos que aportan diferentes entidades que se mueven alrededor del aeropuerto como son AENA, responsable directo de las instalaciones y la operativa en Loiu, el observatorio de BaskeTour del Gobierno vasco y la dirección de Turismo del Ayuntamiento de Bilbao, entre otras.

La directora de Bilbao Air, Ines Zalbide, explica que “pocos aeropuertos del Estado cuentan con esta metodología contrastada, que sí es cierto que en Europa se mide más”.

Contar con estos datos económicos es muy importante a la hora de atraer nuevas rutas para el aeropuerto, la principal labor que lleva a cabo Bilbao Air desde hace casi tres décadas. También según explica su responsable “es una referencia de cara a que la población entienda la importancia que tiene el aeropuerto” y lo que supone como motor económico a todos los niveles, destacando sobre todo el turístico.

Sin subvenciones

La metodología, que utiliza un algoritmo específico, engloba todas aquellas repercusiones sobre el empleo, la producción o el valor añadido bruto generadas por la existencia del aeropuerto. Son tres impactos los que se analizan, el directo, el indirecto y el inducido, que sumados en conjunto arrojan su huella económica sobre el territorio de Bizkaia.

Otro elemento económico que también influye en el impacto referido es que el aeropuerto de Bilbao sigue manteniéndose refractario a aportar subvenciones públicas para que las aerolíneas aterricen aquí con nuevas rutas como hacen muchas administraciones locales en el resto del Estado. La directora de la sociedad califica esta política como “otro éxito que, además, implica que no se vayan las compañías aéreas cuando las administraciones públicas dejan de aportar dinero”. Es con informes y proyecciones de futuro como se convence a las aerolíneas para que operen a Bilbao a lo que se unen “recursos de apoyo y marketing que aportan las distintas entidades que conformamos el Comité de Rutas”, detalla Zalbide.

Los datos conseguidos son consecuencias de un ejercicio extraordinario donde hay años de trabajo previo. “Esto no ha sido flor de un día y se ha conseguido por la colaboración interinstitucional súper potente que existe con el Comité de Rutas y la parte de conectividad del Bilbao Bizkaia Actión Group”, destaca Zalbide. Considera que los 6.336.441 personas que volaron desde La Paloma “es una burrada, nuestro crecimiento está por encima de Barcelona o de Madrid y sobre todo ha sido acompasado en pasaje doméstico e internacional, que alcanza ya casi el 40%”. El tirón turístico está detrás de esos incrementos tanto por los viajes a las playas y las islas que protagonizan miles de vascos como a los visitantes que nos llegan desde las ciudades europeas para conocer Bilbao, Bizkaia y Euskadi.

Pero también se va recuperando el que se llama pasajero de corbata. “Desde Bilbao Air y la Cámara de Comercio defendemos también los viajes más de negocio”, indica. Por ello hacen consultas con las empresas “para ver hacia qué zonas quieren que nos movamos y si hay especial interés en que trabajemos algún tema específico con alguna compañía. Y están siendo muy receptivas”, desvela la directora.

Es más, aunque se preveía que con la pandemia y el desarrollo del teletrabajo iban casi a desaparecer los viajes de negocios Zalbide considera que “este pasaje también ha influido en batir el récord de pasajeros de 2023”.