El arte no tiene límites. Todo lo que la mente imagina se puede hacer realidad si se cuentan con los medios adecuados y se tiene la astucia necesaria para desarrollar la idea. Porque, sin las herramientas imprescindibles para dejar a las mentes brillar nunca se hubiesen creado obras de arte muy visuales y fotografiables como el Puppy o el bosque de Oma.
En plena época donde se intenta darle una segunda vida a los diferentes materiales mediante la reutilización, no podía ser menos hacerlo con la naturaleza. El parque de Pinosolo de Leioa cuenta con un nuevo Basajaun gracias a la fusión de una buena idea y la obtención de herramientas necesarias ofrecidas por el ayuntamiento de la localidad vizcaina, en este caso, elementos casi todos ellos reutilizables.
Lander Álvarez de Eulate, jardinero del municipio y artífice de la primera obra de arte que acoge este precioso espacio verde de Pinosolo, explica que se han juntado los astros para que el proyecto saliese adelante. “Me gusta la escultura, la mitología, la jardinería y la naturaleza, al final se ha juntado todo”, señala Álvarez de Eulate.
La cabeza de la figura mide más de dos metros de altura y surge de la superficie mirando con grandes ojos, los únicos que son artificiales
La pretensión del Consistorio es que el Basajaun sea el primero de una serie de seres mitológicos que, por su relación con la naturaleza, le acompañen bien en el entorno natural en el que se encuentra o en otras zonas verdes de la localidad vizcaina. La imponente cabeza del Basajaun que surge de la superficie del terreno con colores verdes intensos para la piel y grises apagados para cabellera, cejas y bigotes ha sido generado con material orgánico porque “este bosque en particular de Leioa tiene un valor añadido y no quería hacer algo que violentase el lugar”. “Que en un entorno urbano tengamos este bosque es un tesoro”, añade el peculiar artista.
Para que la figura mitológica, de más de dos metros de altura, cogiese forma se han elegido diferentes tipos de plantas y materiales de madera, vistosos, llamativos y también duraderos, así como adecuados según la ubicación y la climatología de la zona. “Hemos usado tierra, listones, materiales y traviesas que teníamos en el almacén, las orejas las cortamos de un cedro que cayó aquí, la malla de gallinero y una fibra de coco que mantiene la humedad y en principio también sujeta la estructura”, detalla orgulloso.
El único detalle del Basajaun que no está hecho a partir de las plantas o de la naturaleza son los ojos. Su autor adelanta que aunque “no me gusta” porque queda muy bonito que “emerja de la tierra”, tiene la intención de proteger la peculiar figura para protegerle con un elemento perimetral del manoseo que pueda convertirse en habitual por algunos visitantes.
Esta medida de precaución se debe a que “es una planta que aunque vaya cubriendo la estructura, no acepta el pisoteo”. Por la falta de color verde que se puede apreciar en algunas zonas de la estructura, el autor puede identificar a simple vista que “alguno ya se ha subido hasta arriba”. Consciente de que no se hace con maldad porque “se quieren sacar la foto” pero le quiere asegurar con “una pequeña valla para que haya un poco de distancia y la obra pueda evolucionar”.
La idea en la que coinciden el autor y el Ayuntamiento de Leioa donde se ubica el parque de Pinosolo es seguir creando nuevas figuras
Sin olvidarse de su compañero que le ha ayudado en el proceso de construcción, Mikel Ibáñez de Aldekoa, y el equipo de jardinería de Leioa, Álvarez de Eulate expone que el proceso de construcción “ha sido una metamorfosis”. En el desarrollo creativo, indica que ha “alucinado porque iba cogiendo formas diferentes y muy bonitas”. Entre risas, recuerda que en un primer momento la estructura “parecía un troll”. “Las personas se preguntaban qué era lo que se había hecho aquí”, apostilla.
La idea surgió cuando, el artífice de la obra trasladó la propuesta con los bocetos iniciales al Ayuntamiento de Leioa, que la aceptó “desde el primer momento”, según reconocieron desde el equipo de gobierno.
Álvarez de Eulate confiesa que tiene pensado seguir elaborando estas obras porque “la mente da vueltas” y el Ayuntamiento “parece que está de acuerdo”. “Sería bonito transformarlo en una zona enfocada a la mitología respetando al bosque” sin olvidarse de que no es un parque cualquiera. “Era un jardín antiguo que se asalvajó por el abandono y se creó un ecosistema bastante positivo”, desvela. “Hay que hacer algo que no impacte en el bosque además de hacer un llamamiento a la gente a que no se salga de los caminos para que se respeten esos espacios donde podrían haber animales criando”, sentencia el artífice del Basajaun del parque de Pinosolo.