Pequeños, concentrados en otoño e invierno, y escasos, pese a que el año pasado fue el más cálido desde que se tienen registros en el territorio. Bizkaia cerró 2023 como el ejercicio con menos incendios forestales de la última década, manteniendo así la tendencia a la baja tanto en número como en dimensión. Pese al balance "positivo", la la diputada de Medio Natural y Agricultura, Arantza Atutxa, ha advertido este jueves de que "no vamos a bajar la guardia, ya que el cambio climático al que nos enfrentamos seguro que nos deparará situaciones difíciles en el futuro".

A lo largo de 2023 se produjeron en Bizkaia 16 incendios forestales, lo que lo sitúa como el año con un menor número de incidencias de este tipo en el territorio de la última década. Aunque no ha sido en el que menos superficie ha ardido -se calcinaron 33,31 hectáreas, más que las 30,97 de 2018-, sí se destruyeron menos árboles que los diez años precedentes, con solo 2,23 hectáreas arrasadas. El resto, un 93%, fue matorral.

Como comparativa, el incendio del otoño de 2022 en Balmaseda afectó a 441 hectáreas, trece veces más que en todo el ejercicio pasado. Y eso, pese a que, con 21,6º de media en el territorio, 2023 fue el año más cálido desde que se tienen registros.

Fueron además fuegos pequeños; la mayoría -11 de ellos, un 68,75%- no alcanzaron la hectárea de afección, con lo que técnicamente se consideran de hecho conatos. Otros dos incendios alcanzaron entre una y cinco hectáreas, y solo tres superaron las cinco. En estos últimos se quemaron 27,99 de las 33,31 hectáreas de todo el año, y se produjeron todo en el mes de marzo.

Tendencia a la baja

Con estas cifras, las conclusiones son obvias. La primera, la confirmación de la tendencia a la baja en este tipo de emergencias en Bizkaia, "que solo se ha roto en años en los que las condiciones meteorológicas han sido extremas, con una combinación de vientos fuertes, altas temperaturas y periodos de sequía, como ocurrió en octubre de 2022, desgraciadamente, en Balmaseda", ha recordado Atutxa.

También es clara la estacionalidad de los mismos, durante la época que va de otoño a primavera, "coincidiendo con la parada vegetativa" de los montes. Y, finalmente, que la estrategia llevada a cabo por la Diputación "está contribuyendo de forma positiva a hacer nuestros montes más resilientes ante los incendios forestales".

Eso sí, el cambio climático acecha y, como ya se demostró en Balmaseda, la conjunción de viento, calor y sequía puede ser desastrosa para los montes. Por ello, la diputada foral ha avanzado que "mantendremos todos nuestros esfuerzos" por seguir reduciendo estos desastres naturales. Para ello, ha destacado la importancia de la gestión de los montes, privados en el 80% de los casos. "La mejor prevención es una buena gestión. Que las masas forestales de Bizkaia estén cuidadas y gestionadas es indispensable para la buena salud de nuestros bosques y para reducir considerablemente el riesgo de incendios", ha subrayado. Por ejemplo, con entresacas y podas que reducen el poder calorífico y evitan que el fuego llegue a las copas de los árboles, y una red de pistas forestales que fragmente la masa forestal y permita también un acceso rápido de los vehículos de extinción.