En las malditas guerras, se habla de cifras de muertos, heridos y desplazados de forma muy superficial. Es tal la magnitud del horror y la catástrofe que no se profundiza habitualmente en las desgarradoras historias humanas que dejan los conflictos bélicos. Hace ya nueve años, con el propósito de mostrar el aspecto más humano de la guerra, el fotoperiodista de Zumarraga Andoni Lubaki se desplazó hasta Ucrania por vez primera. A aquel primer viaje le han sucedido cinco más en este tiempo y fruto de su labor a pie de conflicto ha surgido la exposición Ukrania: Berunezko Egia, una muestra que se puede visitar hasta el día 31 en la Escuela de Música de Sestao.

A través de las 30 imágenes que, finalmente, seleccionó para que formasen parte de esta exposición, Lubaki busca acercar a la ciudadanía al drama que producen las guerras más allá de las frías cifras de muertos y desplazados de las que se informa en el día a día. “Me ha costado mucho elegir las fotos que componen esta exposición porque quería mostrar la realidad de la guerra y contar historias y que, además, las imágenes se complementen entre ellas”, desvela el fotoperiodista guipuzcoano. Material tenía más que de sobra para dar forma a esta exposición, puesto que en su archivo hay más de 4.000 instantáneas tomadas en Ucrania, fotografías que muestran la crudeza del conflicto. Así las cosas, se pueden ver imágenes como la de un hombre que llora y se despide de su familia tras los cristales del autobús frente a su casa en Kramatorks, la de un niño que duerme en un búnker de Donetsk mientras sostiene al conejo que tiene como mascota, la de una mujer que llora desconsoladamente ante el cadáver de su marido tras un ataque en el que también murió su hijo. “Al público le llegan las historias humanas y estas fotografías quieren apuntar a nuestra parte más humana y emocional. De hecho, son fotografías que no se han publicado en medios por, a su juicio, ser demasiado humanas o emocionales”, desarrolla Lubaki. El fotoperiodista decidió hacer todas estas fotografías en blanco y negro para quitar a las instantáneas “adjetivos superficiales”. Lo cierto, es que a ojos del espectador, el blanco y negro da un a mayor profundidad a unas composiciones que, en cada detalle, dicen muchas cosas.

Tras cada fotografía hay una historia y también un contacto de Lubaki con el pueblo ucraniano. “Las fotografías nacen de la empatía. Sin empatía no hay fotografía. Me interesan las personas y me acerco a ellas y les pregunto. Ellos te cuentan su historia, lo que les pasa y se desahogan contigo”, describe Lubaki. A lo largo de los seis viajes que ha realizado a Ucrania, el fotógrafo guipuzcoano ha visto escenas muy duras. “He visto auténticas barbaridades realizadas por el ser humano, pero también he visto al ser humano hacer cosas magníficas. Personalmente, prefiero quedarme con lo bueno”, explica Lubaki, quien lleva doce años desplazándose a lugares en conflicto para, a través de su objetivo, trasladar al mundo, la realidad de las personas que padecen las guerras.

Volver a Ucrania

Por desgracia, el conflicto en Ucrania continúa y no parece que la violencia vaya a cesar próximamente. “En cuanto otros proyectos me lo permitan, volveré a Ucrania”, confirma Lubaki. Cuando regrese al país, cuya capital es Kiev, el fotorreportero buscará retratar nuevas historias que acerquen al mundo la crudeza de las guerras más allá de los fríos números de víctimas y de desplazados. De momento, en Sestao se podrá contemplar hasta el próximo día 31 esta exposición que es todo un baño de humanidad en mitad del caos y la sinrazón de las guerras.

En corto

La exposición ‘Ukrania: Berunezko Egia’ estará en la Escuela de Música de Sestao hasta el próximo día 31. Esta muestra del fotorreportero Andoni Lubaki está compuesta por una treintena de fotografías tomadas en la guerra de Ucrania.

Las instantáneas muestran historias muy humanas que, por desgracia, producen los conflictos armados. Estas imágenes van directas a las emociones del espectador y se pasa de los fríos números de muertos y desplazados que dejan las guerras a las crudas historias de la población civil.