El Puente Colgante, la ría de Bilbao o las Galerías de Punta Begoña se han convertido en un ejemplo a seguir por la capital cubana, la ciudad de La Habana. Con el principal objetivo de hacer frente a los retos globales del futuro como son la presión que el turismo ejerce, el cambio climático y la eficiencia energética en el ámbito de la rehabilitación, la ciudad, al otro lado del charco, que supera los dos millones de habitantes ha tomado la decisión de aprender del desarrollo tecnológico del que han necesitado algunas estructuras emblemáticas de Bizkaia en su construcción para impulsar el patrimonio cultural e industrial de la capital cubana.

La iniciativa que se instalará a más de 7.200 kilómetros de Bizkaia es fruto de una colaboración de más de veinte años entre el centro de investigación y desarrollo tecnológico de Tecnalia y Cuba en proyectos vinculados con la innovación y el desarrollo para asentar un modelo de desarrollo humano sostenible, quienes cuentan con el apoyo de la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo de Gobierno vasco, eLankidetza. La Habana, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en el año 1982, aspira a crecer mediante la conservación y promoción de su entorno, su cultura y sus valores. De esta manera lo ha manifestado la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, responsable de su gestión tras la colaboración mencionada con el centro de investigación y desarrollo tecnológico de Bizkaia. En esta ocasión, añadirá tres elementos emblemáticos de Bizkaia al que se le sumarán las Salinas de Añana de Araba.

Para llevar estos elementos más allá, Tecnalia ha lanzado un proyecto de cooperación al desarrollo que se basa principalmente en la transferencia de conocimiento y tecnología con el objetivo de que la Habana Vieja pueda hacer frente a los restos globales de la ciudad en un futuro. Al mismo tiempo, con esta iniciativa se busca generar nuevas oportunidades de integración social basadas en la igualdad y la mejora de la calidad de vida de los vecinos que residen en la capital cubana. Para lograrlo, se fortalecerán las capacidades técnicas para la protección de los edificios industriales y la puesta en valor de la actividad industrial y portuaria, destacando el papel de la mujer en la industria.

Cuatro acciones

El proyecto que se quiere llevar a cabo al otro lado del charco, comprende de cuatro acciones concretas en el plano industrial, de formación, de rehabilitación y cultural. En primer lugar, han desarrollado el denominado Plan de Protección del Patrimonio Industrial de la Bahía de La Habana como instrumento de gestión integral con herramientas innovadoras especializadas en la gestión y la analítica de los datos que sean urbano y territoriales. Además, han puesto en marcha un plan de formación para la capacitación de más de cincuenta profesionales en temas de digitalización, adaptación a los riesgos climáticos y a las mejoras medioambientales en la rehabilitación.

El Puente Colgante es una de las estructuras elegidas. JOSÉ MARI MARTÍNEZ

Para ello, se han realizado visitas técnicas a espacios de reconocido patrimonio e interés cultural como el Puente Colgante, la ría de Bilbao o las Galerías de Punta Begoña.

También han llevado a cabo un plan de rehabilitación, en concreto, de un edificio industrial para su uso como Centro Cultural, y de esta manera, poder desarrollar la ciudad. Y para finalizar, han tomado la decisión de activar un plan cultural con tres rutas de interpretación del patrimonio industrial en el entorno de la Bahía de La Habana, incidiendo en la historia naval, el puerto comercial y los almacenes industriales.

Una vez finalizadas las construcciones, es cuestión de tiempo que las y los vecinos de La Habana dispongan de su propio Puente Colgante, su ría de Bilbao y sus Galerías de Punta Begoña por las que poder pasear.