¿Cuál es el balance, en términos generales, del 2023?

Desde Zabalgarbi hacemos un balance positivo del año que ha terminado. Hemos continuado dando respuesta a aquella fracción del residuo que ya no se puede reciclar, dándole ese último valor energético mediante la incineración. Es lo que llevamos haciendo desde que hace 18 años se puso en marcha esta planta; acercar Bizkaia a su objetivo final, que es el vertido cero. No debemos olvidar que, con los 4,3 millones de toneladas de residuos que hemos tratado desde 2005, se hubiera llenado más de siete veces el estadio de San Mamés. Y lo hemos hecho produciendo tanta electricidad como para abastecer el 35% de la energía que se consume en los hogares de Bizkaia. Trabajando siempre de forma segura, eficiente e innovadora. 

¿Qué proyectos destacarías de los llevados a cabo a lo largo del año pasado? ¿Se han cumplido los objetivos desde los que se pusieron en marcha? 

En los últimos 12 meses venimos trabajando en diez proyectos de innovación, en los que hemos invertido 15 millones de euros. Sin duda, el más importante ha sido el nuevo filtro de mangas, que ha supuesto la mayor inversión en la historia de Zabalgarbi, unos siete millones de euros. Con su instalación, por una parte, conseguimos reducir un 50% las emisiones de partículas (además de metales pesados, dioxinas y furanos) y, por otra, mejorar el mantenimiento del propio filtro.

Uno de nuestros objetivos es la reducción del consumo de gas y, para ello, venimos trabajando en otros dos proyectos. Con la que denominamos ‘turbina fría’, hemos logrado reducir un 36% el consumo de gas en nuestro proceso, aplicando un plan de eficiencia operativa. Sin embargo, necesitamos ser más ambiciosos y aspiramos a una reducción del 90% en el consumo total de gas. Para ello, estamos trabajando en nuevas formas de sobrecalentar el vapor procedente del horno-caldera, donde valorizamos el residuo.

También hemos puesto en marcha un nuevo sistema DENOX para reducir en más de un 30% el NOx generado en la combustión, así como un nuevo sistema de micro explosiones para mantener la caldera más limpia, disminuyendo el riesgo de corrosión y mejorando la eficiencia de la planta. En cuanto a la gasinera que pusimos en marcha hace un año, en total hemos suministrado 268.725 kg de GNC a camiones, lo que ha permitido reducir de forma muy significativa las emisiones de CO2 en el transporte.

¿Cuáles son los principales retos a los que os habéis enfrentado? ¿Cómo los habéis abordado y/o superado?

Desde un punto de vista técnico y operacional, un trabajo como la instalación del filtro de mangas sólo es posible trabajando bajo parámetros de precisión, seguridad y una gran organización. Ha sido un trabajo muy exigente. Toda nuestra plantilla ha respondido al reto, así como las empresas con las que hemos colaborado; Tamoin, Defisa y Recamlaser (bajo la supervisión de los trabajos por parte de Sener).

El diseño y la construcción de un proyecto de esta magnitud debe ir acompañado siempre de transparencia y compromiso con el entorno. Es decir, aplicando los criterios ESG, que, en sus siglas en inglés, responden al compromiso social, medioambiental y de gobernanza de las empresas. Esta es la línea estratégica en la que hemos venido trabajando y por la que seguiremos apostando.

¿Qué pondrías en valor de la labor realizada en 2023 y cuáles serían las áreas de mejora de cara al año que comienza? 

Gracias a Zabalgarbi, Bizkaia cierra el círculo de la economía circular, al dar una solución energética y segura a los residuos no reciclables. Esto sólo es posible por el trabajo diario de nuestra plantilla, el compromiso de nuestros accionistas públicos y privados y las instituciones, que, entre otras cosas, nos dotan de un marco normativo que cumplimos de forma escrupulosa, como no podía ser de otra forma.

Además, debemos seguir mejorando nuestro proceso productivo, incidiendo en los proyectos innovadores que garantizarán que este territorio siga disponiendo de una planta modélica que presta un servicio esencial a la sociedad. Estoy convencido de que seguiremos siendo referentes en materia de sostenibilidad, porque debemos dejar un mundo mejor a las próximas generaciones.

¿Cuál es la hoja de ruta para Zabalgarbi en este nuevo año?

Irá encaminada a abordar los nuevos retos. Con la nueva legislación en materia de residuos a nivel europeo, estatal y autonómico, se nos ha requerido estudiar la capacidad que tenemos de poder gestionar nuevos residuos. Desde Zabalgarbi, como siempre, seremos capaces de responder a la demanda de nuestra sociedad, adaptando nuestras instalaciones, apostando firmemente por la innovación y garantizando siempre nuestra competitividad.

¿Qué otros retos contempláis dentro de la situación geopolítica actual?

Ante crisis tan importantes y con un impacto tan grave como han sido la pandemia del Covid y el conflicto en Ucrania, Zabalgarbi ha demostrado una gran resiliencia. Hemos sido capaces de adaptarnos y seguir prestando un servicio esencial en una situación y entorno extremadamente complicados. Somos una de las 550 plantas de valorización energética de residuos que hay en Europa y, como tal, seguiremos a la vanguardia de la tecnología industrial y el control medioambiental. La sostenibilidad del entorno que nos rodea es el pilar sobre el que se asienta nuestra actividad.

¿Algún proyecto ilusionante de Zabalgarbi para 2024?

Seguir trabajando por mejorar la sostenibilidad de Bizkaia, con las personas como motor central, con nuevos proyectos innovadores y, sobre todo, con ilusión por hacer de nuestra tierra un lugar mejor donde vivir.