Una de las estampas habituales del Último Lunes de Octubre suele ser acercarse al Mercurio para ver cómo se desarrolla la puja del mejor medio queso de Gernika. Es entonces cuando la figura de Marko Bastegieta adquiere mayor relevancia. Pero el kortezubitarra prefirió ayer lunes pasar de refilón y apenas acercarse a la feria. “Que el protagonismo lo tengan otros, que yo ya estoy un poco averiado...” señalaba con su inconfundible gracia un personaje –en mayúsculas– que ha conocido a Papas y Dalai Lamas, ha organizado ferias en Estados Unidos –Elko (Nevada)– o Australia, puso a su querida Kortezubi en el mapa con sus célebres campeonatos de cabezones... Pero que nunca falla a su cita más querida, “a la de casa”. Pues bien, su vacante la ocupó el no menos experimentado Luis Mari Bengoa. Y el resultado –que no es achacable para nada al quehacer de Bengoa– no fue el esperado; el oro rojo de Gernika apenas llego a pagarse en mil euros. Muy poco en comparación a otras ediciones.

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Las fotos de la feria del Último Lunes de Octubre de Gernika Jose Mari Martínez

Quedar con Marko en Gernika en un Último Lunes es ir parando a cada persona que le saluda. Y son muchos quienes se acercan, aunque el paseillo sea de apenas diez metros. “Ya ves que ir conmigo es estar parándose cada poco. Pero yo soy así”, se arranca. “Si a eso le sumas que tengo cierta edad, pues la cosa se complica”, prosigue. Ya entrando ya en materia, el kortezubitarra asegura que “no tenía pensado ni siquiera salir, pero porque vosotros me habéis liado. Y por que hace buen día. Ten en cuenta que andar con bastón y entre tanta gente se hace complicado. Además, este año mi hijo no tiene puesto”, agrega. “Lo que si me gustaría es que quienes sean protagonistas ahora tengan la mayor de las suertes. Eso les deseo, desde luego. Porque lo que es bueno para uno es bueno para Gernika”. El plan de Marko para la feria ya estaba establecido. “Primero estar por aquí” –cerca de Saraspe– y luego ir con unos amigos a comer al restaurante, a su pollería de Kortezubi, por la que han pasado generaciones y generaciones de personas de Busturialdea y de fuera de la comarca. Pero todo tranquilamente, que el motor ya no aguanta los arreones de antes. Y ya no soy ningún chaval”, apostilla. Lo dicho: genio y figura.

1.000 euros

Lo cierto es que el hueco legado por Marko lo cubrió otro hombre experimentado: Luis Mari Bengoa. Fajado en numerosas ferias en Euskadi, este quiso tener un detalle con el de Kortezubi nada más arrancar la puja en la que actuaba de guía. Gracia no le falta cuando afirmó que “nuestro queso Idiazabal es el mejor del mundo, “y para muestra un botón: nos hemos llevado 23 medallas, cuatro de ellas de oro” en los últimos Wold Cheese Awards, tampoco retranca para animar la puja en sus inicios.

Pero el resultado no fue tan abultado como otro años: el segundo mejor queso –elaborado por Agiñaga– quedo vacante y por la mejor pieza, obra de Aizpea de Olaberria (Gipuzkoa), se pagaron 1.000 euros por parte de Juan José Diego. Mucho o poco –eso queda para la valoración de cada cual–, quienes sí agradecerán esos euros son los responsables de la gernikarra residencia Calzada.