Ana Rincón, magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Barakaldo y coordinadora de Juezas y Jueces para la Democracia en Euskadi, hace un receso en su jornada laboral para abordar la sobrecarga de trabajo en los juzgados vizcainos. “Es un tema que los ciudadanos tienen que conocer porque es muy triste que el servicio a veces sea tan lento. No tienen por qué estar esperando un año, dos o tres para tener una resolución judicial”, lamenta. 

¿Están los juzgados de Bizkaia saturados? Si es así, ¿a qué se debe esta sobrecarga de trabajo?

—Por un lado, ha aumentado la litigiosidad y, sin embargo, la planta judicial no se ha visto aumentada en la misma proporción. Ese es el problema principal que tienen los juzgados. Hay en determinados ámbitos especialmente, como son los juzgados de primera instancia, es decir, el ámbito civil o social, donde el incremento de los litigios es considerable y, sin embargo, la planta judicial no se ha reforzado.

¿Han influido también otros factores, como los casos aplazados en la pandemia, las huelgas...?

—En lo que respecta a la pandemia, los juzgados más o menos han ido recuperando, pero recientemente ha habido huelga por parte de los secretarios judiciales –ahora letrados de la Administración de Justicia– y por parte de los funcionarios. La de los funcionarios fue bastante breve, pero la de los letrados de la Administración de Justicia ha sido considerable y eso sí que ha afectado porque al final son los que aplican el impulso judicial a los procedimientos. Entonces, los mismos estaban totalmente paralizados.

¿Los juzgados de Bizkaia están más sobrecargados que los de otros territorios? ¿Este problema se da en todo el Estado por igual?

—Es un problema que se da con carácter general. Creo que en casi toda España la planta judicial no es conforme a la litigiosidad que llega a los juzgados. Van aumentando los procedimientos, pero la planta judicial no se adecúa a las necesidades que requiere el servicio.

Según los últimos datos publicados por el Consejo General del Poder Judicial, en el segundo trimestre de este año la tasa de litigiosidad en la CAV fue la más baja del Estado. Aun así, dice que ha aumentado. ¿Es porque la ciudadanía denuncia más?

—Cada jurisdicción tiene sus especificidades. En el ámbito civil yo creo que ha aumentado porque los litigios en relación a contratos de carácter bancario o ese tipo de cosas se han incrementado. Por ejemplo, las reclamaciones por parte de consumidores por las tarjetas revolving es algo que tenemos día a día en los juzgados. Eso en el ámbito civil se nota muchísimo.

Y en la jurisdicción social, ¿por qué han aumentado los litigios?

—En cualquier momento en el que tenemos una crisis, como la que se ha padecido después de la pandemia, ya sabemos lo que pasa en el sector económico. En el ámbito social, reclamación por parte de trabajadores ante despidos o reclamaciones de cantidad, y en el ámbito mercantil, en relación con los concursos de acreedores, aumentan los litigios. En el ámbito penal es más complejo determinar por qué aumentan determinados tipos delictivos, pero donde más se está notando es en el ámbito civil, social y mercantil. Cualquier situación de crisis económica afecta a los juzgados porque los litigios aumentan.

¿Cómo afecta a la ciudadanía esta saturación en la Justicia?

—Al ciudadano lo que le afecta es que el servicio se ve perjudicado. Tiene que esperar muchísimo más para que se celebre el juicio y para obtener una respuesta al conflicto que haya planteado ante los tribunales. Supone una demora. La pendencia va aumentando en los juzgados. Ese es el principal problema, que no se da por parte de la Justicia una respuesta rápida. La Justicia debe ser segura y eficaz y motivada, pero también debe ser rápida. No puede ser una Justicia que tarde en dar una respuesta años. Eso, al final, no es Justicia.

Se dan casos de personas condenadas que ven reducida su pena por dilaciones indebidas.

—En el ámbito penal sí que existe una atenuante por dilaciones indebidas. Otra cosa es que la carga de trabajo impida sacar las cosas antes. Dilaciones indebidas es que el procedimiento esté paralizado sin llevar a cabo ninguna actuación judicial. No tanto por la carga del juzgado, sino porque haya retrasos poco diligentes o negligentes.

Dotación de más personal, creación de más juzgados... ¿Qué hace falta, en su opinión, para conseguir agilizar la Justicia?

—Lo que les hace falta a los juzgados para mejorar en la prestación del servicio son medios personales y materiales. En cuanto a los medios materiales, en el País Vasco hemos avanzado un poco con el expediente digital. Todavía nos estamos adaptando, pero yo creo que sí va a dar celeridad en la tramitación de los procedimientos, aunque también hacen falta medios personales, desde jueces a secretarios, funcionarios... Esto es una pirámide. Necesitamos piezas en todo.