ESE es el reto: auparse hacia el futuro, levantarse hacia un mañana cargado de oportunidades. El anuncio dice que la Torre Bizkaia duplicará en un año su capacidad de emprendimiento. Quiere pensarse que la hilazón de las ideas, la comunión de los pensamientos y la comprensión de nuevas ocurrencias para crecer, encadenándose unas a otras, es una ocasión de oro. Visto así, se diría que la Torre Bizkaia (BAT) es la antítesis de otra más legendaria si cabe: la Torre de Babel.

Permítanme que les refresque la memoria. La Torre de Babel se describe en el libro del Génesis, cuya autoría se atribuye tradicionalmente a Moisés. Según estos escritos la humanidad quedó casi extinta después del diluvio universal. Fue gracias al Arca de Noé en la que Noé y siete integrantes de su familia sobrevivieron a la catástrofe. Los descendientes de Noé, como únicos seres humanos del planeta, se desplazaron hasta la llanura de Senar (Babel), todos hablaban un solo idioma, y decidieron construir una torre tan alta que llegara al cielo.Yahweh, al observar la edificación y la rebeldía, decide que los habitantes hablaran diferentes lenguas y así abandonaran la construcción y se esparcieran por todo la Tierra.​

Otras opiniones señalan que se construía la torre por si ocurría otro diluvio. Al estar cerca de ríos sus habitantes quisieron construirse un salvavidas, por si ocurría una inundación repentina y tal vez no les daba tiempo para desplazarse a una montaña próxima para ponerse a salvo. Todo fue un caos, dicen. Un totum revolutum de incomprensiones.

El BAT al que hoy le cantan aleluyas llega como un hervidero donde pueden germinar starups para el progreso. Llegan hasta aquí pueblos de los confines de la Tierra con la idea de comprenderse y crecer en común. Lo dicho, lo contrario de Babel.