Al igual que en otras convocatorias que ayer domingo se celebraban al aire libre por todo el territorio vizcaino, los participantes adultos de la séptima edición de Familia pedaletan”, miraban intrigados al cielo preguntándose por lo bajini si las nubes que techaban el cielo abantoarra venían con ganas de llorar, como ayer domingo hicieron en otras localidades. Mientras tanto, los y las txikis del pelotón estaban más preocupados por colocarse o dejarse colocar de manera adecuada el casco de seguridad –obligatorio para todas y todos los participantes– y nerviosos porque la fiesta en bicicleta arrancase lo antes posible. Finalmente , no vencieron ni la lluvia ni los bostezos de los que más madrugaron para estar listos a las 10.00 horas en el arco de salida instalado a las puertas de la Ekoetxea Meatzaldea. “Finalmente no hemos cubierto las 300 plazas que la organización había fijado como tope, pero nos hemos quedado muy cerca con cerca de 280 corredores y corredoras, entre los que cabe destacar una nutrida presencia de niños mayores de 6 años”, destacaron fuentes municipales. No dudaron en calificar de “exitosa” la jornada en la que los promotores animaban a las familias a participar en esta actividad cicloturista, ya que representa una oportunidad “para superar el reto que supone el recorrido, y sobre todo, para disfrutar con nuestros seres queridos”, comentaron.

Los y las participantes podían sumarse a una de las dos distancias ofrecidas: la Salida Txiki Vía verde de doce kilómetros y la larga de treinta: Ruta verde para los más animados mayores de 10 años.

Yincana

La marcha contó con dos puntos de avituallamiento. El recorrido largo con líquido en La Aceña y –al igual que en la marcha corta– en meta con avituallamiento líquido y sólido. Asimismo, durante la jornada hubo diferentes actividades complementarias al recorrido, como por ejemplo la yincana de destreza y equilibrio sobre la bici y un teatro relacionado a cargo de la Ekoetxea Meatzaldea Faustinaren Munduratuz. Además, las personas inscritas también tendrán la oportunidad de visitar el Museo de la Minería del País Vasco con las invitaciones dobles que regalaron a cada participante. Como broche, los participantes que portaban el dorsal de la marcha, pudieron degustar una deliciosa paella, que incluso tuvo en cuenta a las personas celiacas. Una jornada que no hubiera sido posible sin la colaboración de una treintena de voluntarios de la Ekoetxea Meatzaldea, al Museo minero, a la Sociedad Ciclista Abanto-Zierbena Muskiz y trabajadores municipales.