Se sabía que no era nada extraño que pudieran aparecer restos humanos en la isla de Garraitz, en Lekeitio. “Los arqueólogos de Aranzadi manejaban esa posibilidad desde hace algunos años, así es. Si bien hasta ahora no se había podido certificar sus existencia”, revela Guillermo Ruiz de Erentxun, de Atabaka Kultur Elkartea. Pues bien, a la novena edición de los trabajos arqueológicos en auzolan en el islote –que se realizan durante varias jornadas en verano–, fue la vencida. Durante las labores se han hallado huesos de varios cuerpos –al menos han sido tres–, además de monedas, abalorios y otro tipo de vestigios del largo pasado del entorno, donde, según los especialistas, confluyen yacimientos que van desde la Edad Media al período moderno, entre los siglos XIV al XIX. Estos ya han sido puestos bajo la responsabilidad de la sociedad de ciencias Aranzadi, encargada de dirigir as excavaciones, y cuyos miembros determinarán su procedencia y época.

Por lo pronto, desde Atabaka manejan algunas hipótesis sobre a qué personaje podrían pertenecer los restos recientemente hallados en la isla, de seis hectáreas y media de extensión. “En un principio, y sólo es mi opinión, pueden ser de Iñigo Manso de Zuñiga, el que fuera el último patrón de la ermita que había en Garraitz. Tampoco descartaría que fuera de alguno de los abades del edificio religioso”, resalta. “Pero todavía es pronto para saber a quién corresponden en concreto. Incluso, algunos médicos que han participado durante las últimas de las excavaciones nos han comentado que tienen rasgos femeninos... Pero a ciencia cierta lo ignoramos. Será Aranzadi la que, toda vez de que realice todas las pruebas, nos pueda arrojar más luz”, afirma Ruiz de Erentxun, quien también valora que se hayan hallado otros objetos, “como diferentes monedas, botones, abalorios o piezas de metal”. Han sido unas jornadas de excavaciones “enormemente provechosas, y que vienen a confirmar lo que presentíamos: que además, de tener un potencial enorme, Garraitz es un punto importante arqueológicamente hablando”, abunda.

Monedas halladas durante las labores, realizadas en auzolan.

Hay que tener en cuenta que el islote que protege la bocana del puerto de Lekeitio –calificado por parte del departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno vasco como parque arqueológico, una catalogación que permite mejorar ostensiblemente su preservación– ha sido largamente ocupado por el ser humano y ha albergado diferentes usos, “destacando la presencia de restos de la ermita que da nombre a la isla y un antiguo convento Franciscano (1617-1650)”, según Aranzadi, que alberga, asimismo, “un espacio que fue empleado como Lazareto. Junto a ellos encontramos diferentes fortificaciones (siglos XVIII – XIX)”, tal y como revelaron, además de espacios civiles.

Continuidad en 2024

De la misma forma, desde Atabaka valoraron “muy positivamente” la acogida obtenida por la novena edición de las jornadas de excavaciones. “Ya en campañas pasadas logramos recuperar algunos vestigios, como es el caso de una moneda datada entre 1355 y 1383 del Ducado de Brabante, enclavado en la actual Bélgica”, asevera. “Y, de cara al futuro, en un principio hemos acordado entre Atabaka y la sociedad de ciencias Aranzadi proseguir las excavaciones en auzolan el año próximo, en los que retomaremos el trabajo en el mismo punto en el que lo hemos dejado este verano”.

Últimos hallazgos

Del XIV al XIX. La novena edición del auzolan en Garraitz ha dado positivos resultados. Tanto es así que se han hallado restos humanos, monedas y botones antiguos y abalorios. En el islote confluyen yacimientos que van de la Edad Media al periodo moderno, entre los siglos XIV al XIX.

Protección

6,5 son las hectareas de extensión con las que cuenta la isla de Garraitz, en Lekeitio, que ha sido catalogada por el Gobierno vasco como parque arqueológico.