Apenas faltan dos semanas para que concluyan las clases y los y las jóvenes de los institutos den carpetazo a un este curso escolar en el que los indeseados efectos del confinamiento generado por la pandemia han aflorado con un aumento significativo de problemas. Relacionados, por ejemplo, con la gestión de las emociones, las actitudes rechazables como el ciberbulling o el crecimiento exponencial del acceso a la pornografía –que distorsiona todo el trabajo que se lleva acabo para favorecer una educación sexual sana– o la desmitificación de los modelos familiares que, de no ser por el confinamiento, tal vez nunca hubieran vivido en una edad tan complicada. Problemas que han constatado de manera fehaciente en el IES Dolores Ibarruri que está a punto de culminar un taller sobre malestar emocional en la que ha participado el alumnado de ESO y Bachiller y dos grupos “que han merecido por diversos motivos una atención más pormenorizada y en algunos casos individualizada”, señala la orientadora del centro gallartino, Karmentxu Herráez.

La pospandemia

“Este año ha sido nefasto en cuanto a situaciones emocionales. Hicimos una especie de encuentro, de estudio para ver qué estaba pasando y concluimos que el malestar emocional que existe es grandísimo comparado con otros años. Creemos que la pandemia ha hecho un flaco favor a la relación de los alumnos y alumnas con sus iguales y les ha llevado a vivir situaciones complicadas. Han visto cosas que no habían visto nunca por el hecho de tener que estar en casa, como las relaciones de sus padres y madres y sus modelos, a lo que se suma que son adolescentes y experimentan cambios físicos y emocionales que no controlan. Han estado sin poder relacionarse entre sus iguales más que a través de las redes –su mal uso es otra de las características que funciona en contra de todo ese malestar emocional– y bueno, detectamos un problema enorme que había que atajar por lo menos dando diferentes pasos y en eso estamos”, apunta Herráez .

Para esta profesora, con más de quince años de trabajo en el instituto abantoarra, se han hecho cosas interesantes, aunque señala la importancia de que esta atención emocional disponga de continuidad para ser eficaz todo el año y para todas las etapas. “Hay que trabajarlo. Yo creo que es algo que se tiene que hacer durante todo el curso y en todos los cursos. Creo que las emociones y los sentimientos han de trabajarse porque es fundamental para convivir con adolescentes, personas, equilibradas.

La situación por la que hemos atravesado ha sido angustiosa para muchos y eso –como se dice en cocina– deja un regusto que ha complicado mucho la situación ya que, como hemos visto este año, el malestar emocional se ha acentuado mucho más que en años anteriores”, plantea Herráez, que destaca que “la adolescencia es un momento crucial para ellas y ellos, para conocerse física y psicológicamente, por lo que es muy importante que sus modelos sean adecuados para mantener un equilibrio”. En este sentido, Herráez pone el acento en aspectos como la gestión de errores y frustraciones. “No deben tener miedo al fracaso siempre que esté dispuesta a aprender de el”.

Roles inadecuados

“Entre los iguales, que es cuando a veces tú te equilibras al estar con los amigos, no han podido tenerlo porque no han podido relacionarse con ellos, en la crisis sanitaria no podían salir de casa y básicamente se han podido relacionar a través de las redes sociales. Claro que la red funciona como funciona, carga de todo pero no se controla. Entonces han aprendido cosas que no tenían que haber aprendido, han tenido modelos de las redes que no debían que haber tenido”, denuncia Herráez.

Las relaciones personales entre iguales han quedado afectadas por el uso abusivo de las redes. Emilio Zunzunegi

“Sexualmente, por ejemplo, se han metido en páginas de pornografía –que ya se metían ¡eh!, – para saber en qué consiste el sexo cuando estoy hablando de chavales y chavalas de 12, 13 ó 14 años. Una pornografía que está pensada y diseñada para los hombres y no para las mujeres, pues no hay más que ver el papel que asume la mujer –totalmente pasivo- y donde el hombre es el que asume un control total. Este tema de la visión de pornografía en una situación normalizada también se producía, pero en el confinamiento la exposición a estos modelos ha aumentado”, resalta la promotora del taller que cuenta en su desarrollo con el apoyo director de una psicóloga.

Otro problema ha sido la detección de chavales y chavalas que “han cambiado sus hábitos y están hasta las 4.00 o las 5.00 con el móvil” y a las 8.00 cuando llega el momento de levantarse están dormidos. “No hay forma de optimizar el tiempo, no hay forma de trabajar con ellos porque están cansados. No tienen un ritmo adecuado y eso –que ya lo podían hacer antes de la pandemia- con el confinamiento se ha agudizado”, evidencia Karmentxu Herráez.

Y encima ahora, sitúa la orientadora, el trato personal que tienen entre ellos, que antes tal vez no era el más adecuado, ahora se fragua en las redes. “Utilizan más las redes que lo que es la buena relación personal y eso es otro problema añadido. Encima los modelos que tienen a través de las redes no son los adecuados y aprenden aptitudes que no son adecuadas. Usan los medios además –porque la imagen, la fotografía, el sacarse, el ponerse, no saben cómo utilizarlo de forma adecuada– para insultar, para criticar, para reírse mofarse de alguien, en definitiva, que es un uso no deseado”.

Tal vez por ello, Karmentxu Herráez alerta de la necesidad de que la formación emocional de la juventud llegue también a los padres “para que aprendan a acercarse a sus hijos e hijas y a sus motivaciones y emociones”.

Contenidos

Relaciones y redes. El IES Dolores Ibarruri ha puesto en marcha este curso un taller de gestión de las emociones entre su alumnado de ESO y Bachiller para atenuar los efectos del confinaniento en temas como la falta de relaciones personales o el uso abusivo de las redes.

Famlias. Las redes están suponiendo un elemento de alejamiento ya que los jóvenes buscan modelos en unas redes que su padres no controlan. Por ello los promotores del taller se plantean para el próximo curso extenderlo a las familias.

Modelos

riesgos “Pornografía y ciberbulling”

Desde el taller escolar se incidió en aspectos como la sexualidad, denunciando la sesgada información sobre el sexo de la pornografía –hecha básicamente para los hombres con una mujer sometida– o el acoso a otras personas a través de las redes sociales.