El túnel viario bajo la ría se construirá finalmente siguiente el denominado método austriaco, esto es, con una rozadora que irá comiendo el terreno a una velocidad de dos metros al día, atacando el tajo desde cuatro accesos diferentes, dos por cada margen del cauce. Este subufluvial está llamado a descongestionar el tráfico del área metropolitana y permitir una alternativa al puente de Rontegi, creando una gran variante al enlazar con la Supersur a partir de 2028, cuando entre en funcionamiento tras cuatro años de obras.

La gran infraestructura la compondrán dos túneles, uno por cada sentido de circulación, entre la actual rotondas de Artaza, en la margen derecha, y la de Galindo, en la izquierda. Sumará cada uno 3,2 kilómetros de longitud bajo la zona final de la ría, las instalaciones de Arcelor, el canal navegable y la dársena de Lamiako. Cada galería contará con dos carriles de circulación de 3,50 metros de ancho, además de otros tantos arcenes de 2,5 y un metro, respectivamente, y una acera de 75 centímetros en ambos lados. Además de los troncos centrales, también se tienen que construir los ramales de conexión en la zona de Artaza, también subterráneos, y todas las galerías de evacuación. No todas las secciones serán iguales; en algunas, los carriles se ampliarán a tres y también habrá que excavar las cavernas que acogerán las bifurcaciones.

Una de las cuestiones que había que analizar a la hora de acometer las obras, que está previsto que comiencen el próximo año, es qué método se utilizará para horadar los túneles. El principal condicionante es que debe atravesar los bajos de la ría; por ello, se han analizado otros túneles ejecutados en circunstancias similares. Aquí, los países nórdicos se llevan la palma, con trazados que alcanzan los 27 kilómetros y se sumergen hasta 392 metros en las entrañas de la tierra. También Bizkaia tiene experiencia previa en este tipo de túneles, sobre todo los asociados al metro, que se construyeron mediante rozadora, sin emplear explosivos, siguiendo el denominado método austriaco. El mismo consiste en una maquina rozadora que según se va avanzando en la excavación, va sosteniendo el túnel, mediante bulones y cerchas hincadas en las paredes, además de utilizar hormigón proyectado.

Se ha concluido que es seguro usar este sistema, siempre que se garantice que sobre la parte superior del túnel quede, al menos, una altura de roca equivalente al diámetro del mismo, esto es, entre ocho y once metros. De esta forma, y de cara a garantizar una construcción segura, se ha planteado un trazado que siempre discurre en zona de roca evitando los niveles más superficiales cerca del cauce de la ría. Esa es la razón por la que los túneles irán bajo la zona de Lamiako.

Cuatro puntos de ataque

Para reducir el plazo de obra, el túnel principal se atacará desde sus cuatro puntos de emboquille, uno por cada tubo: dos en el lado de Ballonti y dos desde Artaza. En esta última se ejecutará un pozo de ataque excavado entre pantallas, que servirá para iniciar la horadación en mina tanto de los dos tubos del túnel principal como del ramal de conexión que saldrá del mismo hacia La Avanzada. El vial para acceder llegando desde La Avanzada se acometerá desde el propio ramal, que se excavará entre pantallas previamente. Una curiosidad: el acceso y salida de materiales y personas a estos pozos se hará tanto en vertical como a través de las rampas de los ramales. Al otro lado del cauce, en Ballonti, se tendrá que habilitar un paso superior para sustituir la carretera BI-628, bajo la cual se empezará a horadar.

El túnel se excavará con una inclinación del 4% en ambos lados, a favor de la pendiente, por lo que será necesario también ir extrayendo el agua de infiltración que surgirá a medida que se avance. Para la excavación en sí se utilizarán las mencionadas rozadoras en lugar de voladuras con el fin de evitar molestias en las viviendas cercanas y no dañar la roca de alrededor. Las rozadoras cuentan con una cabeza giratoria con herramientas de corte, que van rompiendo la roca. Un sistema de recogida lleva el material hacia la parte posterior de la máquina, montada sobre un chasis de oruga y varios camiones irán extrayendo el material a la superficie.

La construcción avanzará, dependiendo del tramo, hasta dos metros al día, en turnos de trabajo de 24 horas al día. Primero se excavará la parte superior del túnel, de uno a cuatro metros por ataque, reforzando tanto la parte de arriba como el propio frente si fuera necesario. En algunas zonas, por ejemplo donde no hay roca suficiente alrededor, se incrustarán previamente en el techo unos tubos de 15 metros de largo a modo de paraguas, solapados entre sí, para evitar desprendimientos. Posteriormente se construye el sostenimiento de esa media luna y a continuación se come la parte inferior, lo que se denomina fase de destroza, y se recubre toda la galería, con un mínimo de 30 centímetros de hormigón en masa.

Otro aspecto que se ha determinado es que todo el túnel será drenado, esto es, se irá recogiendo el agua que pueda filtrarse por las paredes, excepto cuando pase por debajo de la ría y la vega de Lamiako: la roca de esta zona tiene una conexión con el cauce, con lo que se quiere evitar una posible entrada de agua en la galería.

Al detalle

100 km/h.

Velocidad. La velocidad máxima dentro del túnel estará limitada a 100 kilómetros por hora, 20 más, por ejemplo, de la que tenía establecida la Supersur cuando se puso en marcha, aunque posteriormente la elevó hasta esos mismos 100.

265 metros

Galerías. Para permitir la evacuación de los usuarios en caso de incidente, habrá galerías de conexión entre ambos tubos cada 265 metros. Algunas de estas conexiones, además tendrán una tamaño mayor para permitir el paso de vehículos de emergencia y bomberos.

Depósito

Agua. Se construirá un depósito que pueda utilizarse en caso de incendio, aprovechando el agua del drenaje.