El gran día de Umore Azoka, el de actuaciones a tutiplén (una treintena) en sábado, se desarrolló a ritmo de Vivaldi, gracias a Sokaire Violinistas; con unos buenos sonidos de carcajadas, propiciados por Las Kakofónicas; e, incluso, con denuncia social: ahí estaba David Cebrián con su trabajo WC. Son sólo pinceladas; hubo mucho más, toda la amalgama colorida de esta feria sin igual: la única del Estado dedicada en exclusiva a las artes escénicas de calle y la más grande de las que se celebran en Euskadi. Umore Azoka invade Leioa y atrapa, sobre todo, a los niños, que encantados toman asiento en el suelo en las primeras filas de los espectáculos.
Contra el viento y sin lluvia. Siempre mirando al cielo. Así es Umore Azoka. El espíritu del aire libre y con todos los riesgos a cuestas. Da igual, así lleva con éxito 23 ediciones, siempre bailando con el año. “A mí, personalmente, son unos días que me encantan”, aseguraba Peio este sábado. Hay un ambiente especial. Por las mañanas y tardes, familiar; por la noche, más espectacular. Así, cuando se apaga el día, se ha podido disfrutar en esta edición que echó a andar el jueves, entre otros, del espectáculo itinerante Mingorri, en los pasos y la creatividad de Lekittoko Deabruak & Zozongo. Es un homenaje al personaje mitológico y diabólico de lengua roja y piel negra que habita en las cercanías de Lekeitio. También asombró Zloty, una obra de Pau Palaus, que mezcla las artes del clown, el teatro de gesto y la música en directo con piano, voz y clarinete. “Es una oportunidad de ver actuaciones de forma gratuita y creo que a la hostelería le viene bien”, comentó Patricia. En total, Umore Azoka se despliega por 17 escenarios y abre los brazos a 43 compañías, que ofrecen 90 actuaciones y 16 estrenos. Por ejemplo, Harrobi Dantza Bertikala ha mostrado por primera vez al público su trabajo Geure(R)a, una pieza de danza vertical y multidisciplinar que cuenta con música de Juantxo Zeberio, poemas de Toti Martínez de Lezea y las proyecciones animadas de Paco Gramaje.
Pero, además, la jornada de este sábado incluyó un acto de especial importancia para la profesión: la firma de un convenio de colaboración en las artes escénicas de calle Aveiro-Euskadi, que conllevará la participación de compañías vascas en los festivales lusos. Porque de eso va también Umore Azoka: en bambalinas, en los lugares que los espectadores no ven, se hacen contrataciones. Es la parte de mercado, es la faceta fundamental de este evento que mira ya este domingo a su despedida de 2023. Únicamente, habrá funciones matutinas, siete en total, de la mano de Zirkozaurre, Wetumtum, Panta Rhei, Piszifaktoria Ideien Laborategia, Jam y Cía Chimichurri, además de Andoni Aresti Dantza Eskola, es decir, de quienes juegan en casa. Los leioaztarras mostrarán sus diversas composiciones coreográficas. Será a las 13.30 horas en Errekalde Plaza. A esa misma hora, dará comienzo en el auditorio Aldapa el espectáculo itinerante Puntadas sin hilo, de Chimichurri, donde fluyen el circo, el teatro y el humor en torno al taller de un sastre.