Karlos Ibarrondo, presidente de Euskal Nekazarien Batasuna (ENBA) y ganadero de vacuno y cerdos con Eusko Label hace una visión general sobre el primer sector que no pinta demasiado bien. Destaca altos costes de producción, problemas con el calor o la falta de relevo generacional, entre otros. “En el sector primario estamos acostumbrados a vivir en crisis, pero la sucesión de problemas de estos últimos años no la podíamos ni imaginar. Empezamos unas movilizaciones hace unos años porque creíamos que por pura especulación estábamos sufriendo una subida del cereal y los piensos que no se correspondía luego con los precios de ciertos productos. Reclamamos que se aplicara la Ley de la Cadena Alimentaria”.

Desde entonces “hemos venido arrastrando otra serie de problemas graves y la guerra de Ucrania ha reventado todo. Es cierto que Gobierno vasco y Diputación han invertido en que el sector no se desmantele del todo, pero aún así se han sacrificado muchas cabezas de ganado porque la gente tenía que hacer caja como fuera. Las instituciones nos han ayudado y estamos en esa coyuntura”, destaca. El clima tampoco ayuda, ya que “el verano pasado fue horrible de temperaturas, y una de las claves para que la ganadería extensiva sea rentable es que los pastos funcionen, y el año pasado nos acabamos toda la hierba que habíamos almacenado para el invierno, hemos pasado el invierno muy muy justos, y este año pinta peor”.

Es uno de los asuntos que más le preocupan. “Un animal no puede comer solo pienso, las vacas y terneras necesitan forraje. Como no haya para comer se tiene que matar animales”. Una solución es, como se hizo el año pasado, que “se trajo un barco de maíz de Canadá, aquello hizo que no faltara pienso y retuvo el precio del resto, este año va a haber que hacer una gestión similar pero con forrajes, habrá que traer del exterior, de donde llueve”.

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Ibarrondo señala que le preocupa “sobre todo el relevo, porque nosotros aguantaremos hasta que podamos, pero quién va a querer meterse en este sector ahora, con esta incertidumbre y todo el trabajo que conlleva. Estuvimos hablando con la Diputación de Bizkaia y nos emplazaron a que expusiéramos unas medidas de choque. Se han detectado problemas sobre los que actuar, como adecuar el plan de ayudas, gestionar mejor el suelo, posibilitar cambios de uso de forestal a pastos, o a siembra, atacar el problema del relevo generacional…”.

Este ganadero pone en valor al sector: “No olvidemos que lo que hacemos en el primer sector es producir alimentos de calidad, no se nos tiene que olvidar”.