“¿Que te jubilas hoy? Pues felicidades, pero te voy a echar mucho de menos”. Que el día que te vas de un puesto de trabajo al que has dedicado casi 50 años de tu vida te digan eso, es sinónimo de haber tenido una carrera profesional tremendamente exitosa. El jueves esa frase la escuchó varias veces Juanjo López, el que ha sido técnico audiovisual del Ayuntamiento de Barakaldo desde octubre de 1973 y hasta el mismo día de ayer.

Este malagueño de nacimiento, pero que llegó a la localidad fabril cuando tan solo tenía doce años, ha dejado huella por su trabajo en el Consistorio fabril y por su simpatía al tratar con los demás, pero ayer, tras casi 50 años de trabajo, le tocó firmar su última jornada de trabajo para empezar a disfrutar de una merecida jubilación. “Tengo sentimientos encontrados. Por un lado estoy contento por jubilarme, pero por el otro me da pena por todo lo que he vivido aquí en el Ayuntamiento. Solo puedo decir cosas buenas del trato que he recibido, aquí hay una gran calidad humana y siempre me he sentido querido y respetado”, explica Juanjo, quien con su cercanía ha ido ganándose el cariño de la gente.

Ha llovido mucho desde que allá por octubre de 1973, tras recibir una propuesta mientras estudiaba en Nicolás Larburu, Juanjo decidiese entrar en el Ayuntamiento de Barakaldo como aprendiz. Su misión no era otra que intentar que la técnica no fallase en los actos que se organizasen en la localidad fabril. Concentraciones, fiestas de barrios, actos de todo tipo, algún conciertos, reuniones, eventos.... En todo ello, Juanjo ha estado pendiente de que el sonido y, en algunos casos, la imagen no fallase. “Puedo decir que, de principio a fin, mi trabajo ha sido una aventura diaria”, señala Juanjo orgulloso por el camino recorrido.

“Estoy contento por jubilarme, pero también me da pena por todo lo que he vivido aquí"

A lo largo del último medio siglo, la tecnología ha evolucionado de forma brutal y, a todos esos cambios, Juanjo ha tenido que adaptarse de forma rapidísima. “Ha cambiado mucho todo. Cuando empecé había amplificadores de válvulas y ahora andamos con dispositivos digitales de última generación, pero la base sobre la que aprender es casi la misma. Con la experiencia acumulada es mucho más fácil adaptarse”, indica. Ahora a la importancia del sonido se ha sumado la imagen, por ejemplo, con la emisión en streaming de plenos o la subida a la nube de mucha información.

Para Juanjo no hay rincón del Ayuntamiento de Barakaldo que le sea desconocido y él vivió desde dentro el paso del Ayuntamiento de la dictadura a al Consistorio de la era democrática. “En aquella campaña de las municipales del 79 nosotros nos encargábamos de la técnica de los mítines de todos los partidos. Había días que nos hacíamos tres mítines seguidos”, rememora. También recuerda lo movidos que fueron los primeros plenos de la era democrática. “El salón de plenos se llenaba hasta los topes y había incidentes, gente que se pegaba, tirabn colillas y ceniceros a los concejales...”, recuerda. Por fortuna, son cuestiones de otra época. Por su trabajo, le ha tocado vivir muchos eventos clave de la localidad de una forma diferente, trabajando, aunque eso no quiere decir que no haya disfrutado. “He disfrutado mucho trabajando en fiestas, yendo a colegios a hacer proyecciones y de la Residencia Miranda. Allí íbamos a proyectar películas y cuando fui padre por primera vez, las monjas le hicieron muchísima ropa a mi hijo. Han pasado 37 años y aún me emociono”, apunta Juanjo.

También ha disfrutado mucho de los actos de celebración de los ascensos de su Barakaldo. El último de ellos hace un par de meses. “Ahora tengo que dedicarme a disfrutar de mi nueva vida y a aprender a ver las actividades de Barakaldo desde el otro lado”, reconoce Juanjo López Sevillano, quien tras casi medio siglo de trabajo en el Ayuntamiento de Barakaldo, ayer, a sus 65 años, vivió su última jornada de trabajo con la simpatía del primer día. ¡A descansar!