Denok Batera expulsa a su único concejal en Sopela
El representante del partido en el Consistorio, Jon Andoni Gerediaga, pasa a ser concejal no adscrito
Sopela terminará la legislatura con dos concejales no adscritos, es decir, al margen de un grupo municipal. La sesión plenaria celebrada ayer sirvió para oficializar la expulsión de Denok Batera (DB-TU) de Jon Andoni Gerediaga, hasta ahora único representante de la formación en el Ayuntamiento de Sopela. En este sentido, cabe recordar que a mitad de mandato también fue expulsada de su grupo municipal Patricia de los Ángeles Alfonso Sousa, que concurrió a las elecciones integrada en la candidatura de Elkarrekin Podemos-IU.
La expulsión de Gerediaga fue registrada ayer por el pleno a petición de la ejecutiva de su partido, que visibilizó la ruptura con su edil tras registrar la petición de su expulsión en el orden del día.
Sobre esta línea, a lo largo de la presente legislatura, el hasta ahora concejal de Denok Batera protagonizó uno de los momentos más polémicos de este mandato cuando registró en noviembre de 2020 una moción de censura contra el alcalde de Sopela, el jeltzale Josu Landaluze, alegando que no se habían cumplido los compromisos pactados y planteando a EH Bildu la opción de que se produjera un cambio de regidor y de gobierno en el Consistorio sopeloztarra.
Un cambio de rumbo respecto a 2019, cuando en la sesión de investidura DB-TU facilitó el mandato del actual equipo de gobierno, formado por PNV y PSE, al votarse Gerediaga a sí mismo a cambio del cumplimiento de una serie de compromisos. Entonces, Landaluze obtuvo el respaldo de los siete ediles de su partido (7) –que fue el más votado en las elecciones– y de la representante del PSE-EE (1), frente a la opción del candidato de EH Bildu, que contó con el apoyo de sus seis ediles y los dos de Elkarrekin Podemos. No obstante, la relación entre el equipo de gobierno y DB-TU ya se vio resquebrajada a principios de 2020 durante las negociaciones para la aprobación del presupuesto municipal. En aquella ocasión, tras una ardua negociación, el equipo de gobierno consiguió pactar la abstención de EH Bildu, que presentó un total de nueve enmiendas de las que cuatro fueron aprobadas, para que saliesen adelante los presupuestos.