Ambas fuimos migrantes. Ella vino como refugiada, es una guerrera”, recordó Patricia Viviana Ponce Pascuale. Por aquel entonces, esta argentina feminista y militante por los Derechos Humanos de las mujeres cogía un autobús a Balmaseda todas las semanas para ayudar a Clementine Baza Bola a formar Nos Unimos-Unissons Nous. Transcurridos ocho años, la vecina que huyó del Congo escapando de la guerra se ha ganado el cariño no sólo de su localidad sino de todo Enkarterri, donde la asociación se ha convertido en imprescindible. Incluye los premios Elkartasuna que, en su segunda edición, se entregaron el sábado. Desde Karrantza y otros puntos de la comarca, así como del resto de Bizkaia se desplazó tanta gente a arroparla que el acto se trasladó de la kultur etxea al frontón para contar con un mayor aforo.

La “incansable” Clementine, como la definió el alcalde de Balmaseda, Aitor Larrinaga, representa “el motor” de Nos Unimos y “mientras ella siga, colaboraremos con el proyecto todo lo que podamos”, garantizó. Agente del programa de apoyo en Tartekari Sarea, maestra con formación en Psicología, Pedagogía, Desarrollo y Cooperación en Derechos Humanos en Unesco Etxea ha participado en iniciativas por el desarrollo en Camerún, Congo y Angola. Allí viaja para repartir material de primera necesidad, impulsa escuelas, centros de reunión, agricultura para el empoderamiento femenina, apadrinamiento de niños y niñas con pocos recursos y está dando los primeros pasos para poner en marcha un hospital en su país de nacimiento. También desde Balmaseda lucha contra la discriminación sexual y de género, potencia la unión entre culturas a través de charlas o exposiciones como la de mujeres del mundo que abrió sus puertas en el Klaret Antzokia en el marco del 8-M. Además, trabaja para la integración e inserción laboral “tanto de las personas migradas como de las personas autóctonas de nuestro contexto territorial”.

En un día “grande, es bueno conocer a la gente que trabaja por el bienestar de las personas, pueblos y poblados” y así tejer redes de colaboración “en apoyo a las personas más desfavorecidas y vulnerables”, saludó tras guardar dos minutos de silencio en memoria de las y los fallecidos desde la primera edición de los premios en 2021.

Quiso rendir un entrañable homenaje póstumo a quien fuera párroco de Balmaseda, Prudencio Escobar porque “si he llegado hasta aquí se lo debo a él, que me animó a continuar”. Recogió el detalle conmemorativo José Ignacio Iturmendi, quien puso en valor la “huella” que dejó en numerosos municipios vizcainos y de la misma forma en el Congo. “Desde 1965, casi recién inaugurada la independencia” desempeñó allí sus funciones pastores y de cooperación con “paciencia, escucha, tesón y generosidad” y contribuyó al nacimiento de la fundación Amigos de Mufunga, que guarda una estrecha relación con Nos Unimos.

Uno de los momentos más emotivos se vivió con el reconocimiento a Kontxi Antón, cooperante de Alboan fallecida hace casi cuatro años en el Congo. Siempre hablando de ella en presente, su hermano Jorge destacó sus “ganas y coraje para construir un mundo mejor” y la necesidad de que “exista más gente como ella”. Clementine se fundió en un abrazo con su madre, que aplaudía entre el público.

Maribel Cantera representó al alumnado del curso de agricultura ecológica que promueve Nos Unimos, “el que más personas agrupa y goza de mayor éxito”. Más de cien asistentes de distintas nacionalidades que “conviven al mismo tiempo que aprenden a comer sano y cuidar el medio ambiente”. Clementine tuvo un detalle con el voluntariado de la asociación, objeto de otro de los homenajes “por su compromiso de ayuda a los demás, porque no trabajo sola”.

Un diputado del país

El diputado del Congo Paul Bindu Musambali viajó a Balmaseda para recoger uno de los galardones y divulgar las iniciativas sociales de su fundación. Por ejemplo, “facilitar el acceso al agua potable”, en especial a las mujeres, sobre quienes recae la tarea de “cuidar a las familias”. Asimismo tienden la mano a “personas vulnerables y con discapacidad”. Problemas administrativos impidieron la asistencia del ingeniero agrónomo congoleño Jean Tsimba Dieka, involucrado en optimizar la calidad de vida de zonas rurales.

Sí que estuvieron presentes y deleitaron con danzas de su país las componentes de la asociación de emigrantes filipinas en Euskadi, Pagkakaisa, que favorecen la integración de compatriotas con planes para la inserción laboral y otras actividades. Por su parte, Patricia Viviana Ponce Pascuale hizo doblete como presentadora y premiada.

Un grupo de baile de Enkarterri, otro de Bolivia y el coro femenino Abesti Lagunak amenizaron el acto. Las mujeres de Karrantza cantaron tres temas y se despidieron con una declaración de intenciones: “viviré, soltaré mis cadenas rompiendo a volar, lucharé, venceré, viviré”.