El pueblo que conoce su historia, su pasado, es un pueblo más rico en espíritu y también será una localidad que tendrá mucho más claro hacia dónde debe caminar en el futuro. Santurtzi tiene el salitre del mar en su ADN y gran parte de lo que hoy es la localidad marinera se debe a su relación con las aguas que bañan su costa. Una pequeña parte de la historia del municipio se puede ver en el puerto donde, desde este viernes, el mural Arrantzaleak creado por Jon Mao, da color y memoria a este punto tan importante de Santurtzi. Este es el tercer mural de este tipo que se crea en este lugar tras la creación, también por parte de Jon Mao del mural Bogadores en 2015 y de Rederas en 2018. “Este es un lugar muy característico y que nos representa muy bien a los y las santurtziarras. Con este nuevo mural podremos rememorar y guardar en nuestras retinas el importantísimo trabajo que hacían los arrantzales. El puerto de Santurtzi representa nuestros orígenes y Jon ha querido plasmar en este nuevo mural parte de nuestra historia”, señaló Aintzane Urkijo, alcaldesa de Santurtzi.

Durante los cinco meses de trabajo que han tenido que invertir Jon Mao y su equipo para hacer esta obra de 30 metros lineales, la ciudadanía santurtziarra ha mirado con curiosidad y expectación intentando descubrir cómo iba a ser el mural. Jon Mao y su equipo guardaron bien el secreto hasta el último segundo y esa expectación entre la ciudadanía se vio el viernes al mediodía en la inauguración de la obra, una puesta de largo que congregó a más de un centenar de personas pese a que la lluvia no invitaba a ponerse en la rampa del puerto a ver el acto. “Este es un mural a nuestra memoria, a las raíces de nuestro pueblo. Es una obra que tiene 30 metros, el doble que los dos murales anteriores y este mural es un viaje a la memoria colectiva de Santurtzi, mi pueblo. Con mis murales lo que pretendo es recuperar la memoria que hemos perdido muchos de nosotros, que esa memoria no se pierda”, apuntó Jon Mao, artista santurtziarra y padre de los tres murales que hacen del puerto de Santurtzi un lugar único y que muestra gran parte de la historia y las raíces del municipio.

El acto de inauguración del mural Arrantzaleak fue tan sencillo como simbólico. La banda sonora del acto corrió a cargo de unos txistularis que marcaron los sones de aurresku que bailó el dantzari Lander Campos para darle solemnidad al evento. Las autoridades locales y Jon Mao y su equipo se acercaron al entorno del mural a bordo de un barco. Unas telas negras cubrían la parte superior del nuevo mural para mantener la intriga de cómo sería la nueva obra que llenará de arte y memoria el puerto de Santurtzi. Las lonas se levantaron y dejaron al descubierto un trabajo que, como los dos anteriores, está hecho en cerámica. Ahí acabaron los cinco meses de trabajo para Jon Mao y su equipo y la espera para la ciudadanía santurtziarra. Ahora, al asomarse por el puerto de Santurtzi, tanto los tripulantes de los barcos como quienes paseen por las inmediaciones podrán ver a los arrantzales que, junto a las rederas y los bogadores muestran, con mucho arte, la historia santurtziarra.