Que no hay mejor día del año para un mundakarra como el domingo del Carnaval es algo bien sabido en la anteiglesia costera y fuera de las fronteras del pequeño municipio. Incluso, así lo reza el himno de los Aratustes por antonomasia –la canción Aratuste, obra del impulsor principal de la festividad, Joxe María Egileor, que señala lo de mundakarrentzat egun obarik ez–. Es por ello que no es de extrañar que los vecinos cuenten los días y las horas que quedan para salir a las calles ataviados de atorrak –los hombres, en una estudiantina de dos centenares– y de lamiak –las mujeres, una comitiva de alrededor de centenar y medio de jóvenes– y dar rienda suelta a una jornada festiva que ya se quitará de encima cualquier restricción por el coronavirus.

Los atorrak, de blanco, durante su habitual ronda.

Los atorrak, de blanco impoluto, faldas a la cintura y en los hombros y una funda de almohada anudada con un pañuelo de colores, darán inicio al día grande en Mundaka. Tras el pasacalles de los txistularis –10.00 horas–, todo arrancará a las 12.45 del mediodía con un pasacalles que encabezará Santi Zaldunbide, Txitxo, quien ejercerá de director de la estudiantina –dotada de guitarras, acordeones, algún que otro violín, banjos...–. Saldrán bajo sus órdenes –embutido él en riguroso frac negro– desde las inmediaciones de la plaza donde nació su precursor, para posteriormente pasar por la plaza Lehendakari Agirre hacia Txorrokopunta, de allí cruzar la totalidad de Goiko kalea, llegar hasta la zona de Portutxu, y por último, bordeando la zona del puerto –no perderse la estampa que brindan sobre el muelle del Artza–, finalizar en Los Txopos, y dar por concluido su largo paseo –dura casi tres horas– nuevamente en la plaza de Mundaka.

Retirados los hombres a comer, según va cayendo el sol llega el momento de las mujeres. Y es que las lamiak se asomarán este próximo domingo en la plaza a las 18.00 horas para arrancar su espectacular pasacalles, repleto de color, cantos y bailes. Encabezadas por Amaia Ibarra, las mundakarras –que van ganando adeptos a pasos agigantados– se caracterizan a imagen y semejanza de los seres mitológicos que según las leyendas habitaron las inmediaciones de la localidad, es decir, ataviadas con vestido negro, peluca blanca, pañuelo de colores en la cabeza y el rostro maquillado. La fiesta, en las que se funden los colores blanco de los atorrak y negro de las lamiak, se alarga hasta altas horas de la madrugada.

Pero el Aratuste mundakarra es mucho más. Ya un día antes –el sábado– habrá tamborrada infantil durante la tarde, una ocasión de lujo para que se luzcan los dos gigantes locales –atorra y lamia, cómo no–, junto a los txistularis. Posteriormente, habrá una exhibición de bailes a cargo de los menores de Gaztezar Dantza Taldea.