Sopela devolverá la calle Goiene a su estado original tras cerrarla para ampliar Zipiriñe

Por ese motivo, desde la coalición abertzale solicitaron que “se regularice la situación según la normativa urbanística”, afirmando que “permitir lo contrario sería incurrir en prevaricación, más aún cuando se ha vulnerado el funcionamiento democrático del pleno de este Ayuntamiento”, según destaca su portavoz Guruzne Carrasson.

Por su parte, desde el Ayuntamiento de Sopela, el alcalde Josu Landaluze explica que, desde el primer momento, el Consistorio planteó la cesión de la calle como una medida de carácter provisional por un periodo de cinco años. “Planteamos ese periodo al estimar que la modificación de las normas subsidiarias para la construcción del nuevo edificio escolar en Loroño llevaría un periodo de dos años, además de otros dos para ejecutar las obras de construcción y uno extra de margen en caso de demora de los trabajos”, relata Landaluze.

En concreto, la decisión de cerrar la calle Goiene para ampliar la escuela de Zipiriñe se adoptó tras una reunión mantenida en junio de 2021 entre la dirección del centro escolar, el AMPA, representantes del Departamento de Educación y del propio Ayuntamiento. Por entonces, el Consistorio sopeloztarra trasladó también al Departamento de Educación una petición para firmar un convenio de cesión de la calle, petición que fue rechazada.

Posteriormente, una vez interpuesto el recurso, responsables del equipo de gobierno y técnicos municipales se reunieron con representantes de EH Bildu para abordar el asunto ante la problemática existente en el centro por la falta de espacio.

Sin embargo, todo estalló en el último pleno, cuando desde la coalición abertzale acusaron al alcalde de prevaricar. “Ante esta acusación no me queda más remedio que tomar esta decisión de devolver la calle a su estado original, aunque suponga un perjuicio para los y las escolares que verán mermado el espacio disponible en el centro”, señala Landaluze.

Planeamiento

Sobre esta línea, desde EH Bildu sostienen que por mucho que se firmase el acuerdo entre Educación y Ayuntamiento para la cesión de la calle, “no tendría validez si no se cambian las normas subsidiarias y el uso del suelo”. “Creemos que el acuerdo es necesario, pero solo con eso no sirve. El Ayuntamiento está asumiendo los costes de ampliación del patio que le correspondería a Educación y el Gobierno vasco no quiere firmar nada. Entonces, si no se justifica y no hacemos el cambio del uso del suelo, estamos avalando algo que se ha hecho de forma ilegal”, aclara Guruzne Carrasson, quien insta también a Educación a que dé “los pasos necesarios para hacer realidad de una vez por todas lo decidido por la comunidad educativa de Zipiriñe”.

Mientras tanto, apuntan como solución que se acepte la propuesta de los vecinos de la zona, que han llegado incluso a acudir al Ararteko, y que plantean “convertir de forma provisional el vial actual de Doctor Landa en doble sentido, suprimiendo varios aparcamientos y facilitando al acceso a la calle Zabalbide”.

Por su parte, el Ayuntamiento de Sopela, a través de un acuerdo en junta de gobierno, ha decidido atender el recurso de EH Bildu y devolverá la calle a su estado original. Después de informar a Educación y a la dirección del centro, se ha planteado que se lleven a cabo los trabajos en periodo no lectivo, y debido a las dificultades para llevar a cabo las obras en Semana Santa, se estima que se ejecuten a partir del mes de junio, una vez acabado el curso escolar.

AMPA

No obstante, se trata de una medida que conllevará una pérdida de superficie para el centro, que ya cuenta con dos módulos en el patio debido a la falta de espacio en las instalaciones. “La legalidad es la legalidad, y ante eso no tenemos nada que decir, pero es una gran pérdida de espacio en el centro. Quizás este año igual no se ha percibido tanto su necesidad, tras la eliminación de las restricciones del covid-19, y porque todavía no se han realizado las obras a las que se ha comprometido Educación, que comprimirán a su vez más el espacio disponible con la presencia de maquinaria. En este caso, consideramos que Educación tenía que haber firmado el convenio y no hubiera habido tanto trastorno para los vecinos y escolares”, apunta Iker Elejabarrieta, presidente del AMPA de Zipiriñe.

De la misma forma, la asociación de padres y madres de alumnos de la escuela tampoco entiende la actitud del grupo político DB-TU en este asunto. “Entendemos que un partido político recoja firmas a favor de una situación que considera lesiva para un grupo de vecinos, pero ese partido también es conocedor de la situación del centro y la necesidad de espacio por las obras que Educación se ha comprometido a hacer, dado que hay una mesa de trabajo sobre este asunto en el pueblo en la que se informó en enero sobre lo que se iba a realizar y que se requiere en un plazo inmediato una gran cantidad de espacio”.

A este respecto, desde el AMPA afirman que les vendría mejor devolver la calle a su estado original en periodo no lectivo, pero también son conscientes de la situación y creen que “cuanto antes se afronte la realidad, mejor”. En el horizonte ya vislumbran la cita del 9 de marzo, cuando acudirán a Lakua junto con el Ayuntamiento y la dirección del centro para abordar la evolución del número de matrículas, con la construcción de un nuevo centro sobre la mesa y también este asunto. “Disponen de una segunda oportunidad para deshacer el entuerto”, indica Elejabarrieta, quien agrega que la reunión servirá también para conocer “cuál es el plan de Educación respecto a Sopela”. “Nosotros queremos hechos, no palabras. Zipiriñe lleva muchos años siendo parcheado y ninguneado. A de día de hoy, viendo el crecimiento que ha experimentado el municipio y el que se prevé para los próximos años, tienen la ocasión de decirle a los vecinos y vecinas de Sopela cuál es su visión sobre nuestro pueblo y nuestra sociedad. Si la situación de nuevo es decepcionante, habrá que recordar a todo el mundo lo que está pasando con nuevas movilizaciones”, concluye. l