El asesinato es la huella más profunda que engendra la violencia machista. La última dejada en Bizkaia tuvo lugar en febrero de 2021 en Sestao, cuando una mujer de 56 años fue asesinada por su marido. Sin embargo no es la única cicatriz que esta lacra ocasiona, a tenor de las miles de denuncias que a diario son registradas para dejar constancia de malos tratos, vejaciones, abusos y agresiones,... El año pasado, sin ir más lejos, en Bizkaia fueron abiertos más de 2.900 expedientes bajo esas acusaciones y otras más; un 5% más que hace cinco años. Así lo revelaban desde la Diputación Foral de Bizkaia y así lo confirmaban desde el Gobierno vasco hace pocos días cuando Josu Erkoreka –consejero de Seguridad– confiaba en que esta circunstancia permita “reducir la criminalidad oculta” que se mueve alrededor de la violencia machista.

“Aunque es negativo desde el punto de vista de la valoración moral”, será “positivo en la medida que permitirá reducir la criminalidad oculta en ese ámbito y conocer la realidad tal y como es”, expresaba para referirse a esa iceberg con el que se compara a la violencia machista: únicamente se ve la punta –los episodios más graves– pero bajo el agua hay otros muchos comportamientos execrables y merecedores de la correspondiente denuncia. Todos esos expedientes contribuyen a ofrecer una visión panorámica más acertada de la realidad, lo que según los expertos puede ayudar a mejorar las estrategias y coberturas de respuesta a la violencia machista.

De momento, según datos aportados desde la Diputación Foral de Bizkaia, durante el pasado año se prestó apoyo psicológico a 1.621 personas víctimas de malos tratos o violencia machista, el 94,4 % (1.481) de ellas mujeres y niñas. No obstante el total de “victimizaciones” por violencia machista alcanzaron los 2.908 expedientes de denuncia abiertos a petición de 2.307 personas, tal y como se informó desde el Departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad.

Además, el Observatorio de la Violencia Machista vizcaino confirmaba esa tendencia creciente en la demanda de atención psicológica por parte de víctimas de violencia machista, en cualquiera de sus expresiones. El último dato apunta a un aumento del 4,6% de este servicio, y se refiere al año 2020. Es decir, los altibajos en la salud mental y los desequilibrios emocionales que hayan podido generarse durante la pandemia todavía no habían sido contemplados en esas tablas estadísticas.

El último dato sobre este asunto lleva la firma del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ): el número de mujeres víctimas de violencia machista en Euskadi se situó en 1.590 durante el tercer trimestre del año, lo que supone un aumento del 20,3% en comparación con el mismo periodo de 2021. Entre julio y septiembre, 932 mujeres de nacionalidad española (2 de ellas menores) y 660 extranjeras (3 de ellas menores) interpusieron una denuncia por maltrato.