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El ‘Aeropuerto internacional’ de Urdaibai

El ‘Aeropuerto internacional’ de UrdaibaiURDAIBAI BIRD CENTER

Siempre se ha dicho que la Reserva de la Biosfera de Urdaibai es una especie de aeropuerto internacional que las aves utilizan como parada y fonda durante sus kilométricos viajes migratorios, unas rutas que les llevan de un lugar de otro del planeta tierra. De Senegal e Escocia, de Rusia a los Países Bajos, la zona natural por antonomasia en Euskadi acoge a centenares de especies en sus humedales. Se calcula que son alrededor de 250 especies para descansar unos días y volver a alzar el vuelo. Los últimos en llegar han sido varios falaropos picogruesos, naturales de espacios más gélidos como el Ártico, su espacio de reproducción natural, y “que inusualmente migran en rutas oceánicas y pasan el invierno en el mar”. Un visitante inusual en Urdaibai, cuya visita no viene más que a reafirmar que la Reserva de la Biosfera es un punto estratégico para los trayectos vitales de las aves.

“Todos los años podemos toparnos con sorpresas”, afirma Edorta Unamuno, de Urdaibai Bird Center. Y es que el centro, abierto gracias a sus ventanales sobre las marismas de Orueta, en Gaitegiz Arteaga, es un punto estratégico para avistar aves. “Y este año el visitante inesperado en Orueta fue un falaropo picogrueso, aunque es posible que no lo hubieras adivinado ya que en invierno el plumaje de un falaropo es totalmente diferente, son grises y blancos con negro alrededor de los ojos”. De hecho, “ahora mismo es verano en el Ártico, aunque aquí estemos entrando en el invierno”, asegura un Unamuno que rápidamente se pone a repasar algunas de las aves más emblemáticas que utilizan los humedales de Urdaibai para descansar y alimentarse en sus largas rutas migratorias. “Hay muchas especies y de diferentes características”, incide, si bien entre todas esas aves habría que destacar una por lo que ha supuesto para el centro ornitológico desde su vertiente investigadora y su poder para la educación ambiental. Es el águila pescadora.

Las majestuosas espátulas suelen recalar en Urdaibai para descansar de sus kilométricas migraciones.

Nacidas en el centro de Europa, pero que pasan largas temporadas en climas más cálidos del África subsahariana, Urdaibai Bird Center tuvo un increíble eco mediático en plena pandemia gracias a las cámaras que se podían seguir las 24 horas en directo con el nacimiento de tres polluelos de águila pescadora uno de ellos albino. Reintroducido el macho en la Reserva gracias a un programa cuya base estaba en las Highlands de Escocia –se traslocaron sesenta aves gracias al sistema de hacking–, fueron los primeros polluelos en nacer en décadas en la costa Cantábrica. Estas aves echan mano de Urdaibai para detenerse en su viaje hacia sus cuarteles de invierno en suelo africano. Deben cruzar el estrecho de Gibraltar, el desierto y no sucumbir a los tendidos eléctricos, esquivar a los aerogeneradores o los disparos de cazadores.

Referencial también es la visita que anualmente giran las espátulas. “Un espectáculo verlas”, afirma Unamuno. Y es que en cierto modo, las primeras medidas de protección de los humedales que se abren al paso del río Oka hacia su salida al mar fueron establecidas gracias a ellas. Durante sus migraciones postnupciales de estas aves, originarias del norte de Europa a territorios africanos, pueden llegar a realizar un viaje de 4.500 kilómetros, desde Holanda hasta la costa de Senegal y Mauritania.