De solamente pintar para las paredes de su sala durante la pandemia a exponer sus obras en el restaurante Kantine. Esa es la historia de Nerea Notario, pintora de 29 años que ilumina las paredes de este bar con sus obras nacidas en tiempos de coronavirus. Pero, al contrario de lo que muchos pensarían al ver estos lienzos, Nerea no fue a la Facultad de Bellas Artes ni asistió a clases de pintura; al contrario, estudió Derecho en Deusto y trabaja actualmente como abogada laboralista.

“Me coincidió en una época en donde vivía para trabajar y la pintura era lo único que me hacía sentir bien”, dice Nerea mientras cuenta sus inicios en la pintura. Aclara que no le “disgusta” el Derecho, pero “sí que me gusta más pintar”. De pequeña sus padres la inscribieron en clases de pintura “como cuando te apuntan para hacer baloncesto, natación...”, dice. Sin embargo, resultó un hábito efímero de su niñez que no retomó hasta años después, cuando a sus 27 años se vio (como el resto) encerrada en su casa.

“Me coincidió una época en la que vivía para trabajar y la pintura me hacía sentir bien”

Nerea Notario - Pintora

“Empecé en el folio a dibujar con el mítico blog de papel y luego con las acuarelas. Después me compré un lienzo porque me apetecía pintar en dimensiones más grandes”, “Salvo uno que está en blanco y negro, la mayoría de mis pinturas son mujeres y me gusta que tengan bastante color”. No hace falta observar meticulosamente las obras para notar la afición de Nerea por el dinamismo en cuanto a los colores, los cuales contrastan con el fondo del lienzo, dándoles así un gran protagonismo. “Intento mostrar en los cuadros a mujeres empoderadas y desenfadadas con prendas llamativas”. Al entrar por las puertas de Kantine sus obras captan el ojo del cliente. Mujeres con pañuelos, vestidos y gafas de colores de estampados frescos. “Me inspiro mucho en fotos que veo de pasarelas y de la moda en general”.

Para crearlas, no parece tener una rigurosa rutina de preparación, pero sí admite que ordena perfectamente las pinturas, pone música y, en base al boceto previo, se imagina los colores que plasmará sobre el lienzo. “Cuando estoy pintando, estoy pintando” -porque mientras hace deporte u otras diligencias, puede estar pensando en varias cosas, pero su hora de tomar el pincel es sagrada y se dedica en sus cinco sentidos a ello- “es de las cosas que más me ponen contenta en mi día a día”. 

“Salvo uno que está en blanco y negro, la mayoría de mis pinturas son mujeres y me gusta que tengan bastante color”

Nerea admite que su favorita es Colorín colorado, un lienzo pintado en acrílico de 90x70 centímetros. En él retrata a una mujer negra con un colorido vestido colmado de azules, morados y amarillos en tonalidades pasteles, en contraste con un fondo neutro. Hipódromo de Ascot, con una mujer de cabello oscuro, vestido lila y sombrero turquesa o Bandolera 2.0 con un gran pañuelo amarillo impregnado de coloridas flores que acompañan a unos pendientes anaranjados, muestra un estilo que es identificable en cada una de sus obras, y que sin duda, refleja la personalidad de su autora.