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IMQ Prevención avanza en la puesta en práctica de su Proyecto Zero, en busca de una empresa más productiva, competitiva y segura, fomentando una cultura preventiva dentro de la organización
Isaac Ruiz y Josep RevertéJefe de Equipo y técnico de Prevención Área Técnica Bizkaia de IMQ Prevención

"Hay que lograr el compromiso compartido de trabajar de forma segura"

"Hay que lograr el compromiso compartido de trabajar de forma segura"J. Mari Martínez

Isaac Ruiz, jefe de Equipo, y Josep Reverté, técnico de Prevención Área Técnica Bizkaia de IMQ Prevención abogan por trabajar una cultura positiva de seguridad, donde las normas se transformen en valores y todas las personas compartan el objetivo común de “trabajar de forma segura”. Hacia este reto acometen con intensidad la formación y capacitación.

¿Prevención sigue siendo la palabra clave en materia de salud laboral en las empresas?

La palabra “Prevención” es clave ya que representa las actuaciones o medidas que se toman de manera anticipada para evitar que sucedan accidentes de trabajo y/o la aparición, desarrollo o progreso de enfermedades profesionales. Otro de los conceptos clave es “Cultura Preventiva” ya que trata los valores, actitudes, competencias y patrones de comportamiento que determinan el compromiso, el estilo y la capacidad de los programas de seguridad y salud de una organización.

¿Cómo se trabaja la cultura preventiva desde IMQ Prevención?

El principal objetivo es fomentar la cultura preventiva en las organizaciones. Una cultura positiva de seguridad caracterizada por comunicaciones basadas en la confianza mutua, las percepciones compartidas de la importancia de la seguridad, y por la confianza en la eficacia de las medidas preventivas. Se trata de conseguir un compromiso compartido de todos los agentes implicados dentro de la organización hacia la seguridad y salud de las personas.

A este respecto, ¿en qué consiste el Proyecto Zero? ¿Cuál es su objetivo?

Se trata de una metodología de gestión en prevención de riesgos laborales que permite reducir la siniestralidad y mejorar la cultura preventiva en las empresas de forma significativa.

¿A qué empresas va dirigido?

El Proyecto Zero está especialmente indicado para las empresas con un elevado compromiso de la Dirección hacia la Prevención de Riesgos Laborales, que quieran lograr sus objetivos de seguridad y salud, y fomentar una cultura preventiva dentro de la organización.

¿En qué les beneficia?

Los principales beneficios que se consiguen son: una empresa más productiva y competitiva, mejora de la integración de la prevención, del clima laboral y la motivación y compromiso de las personas respecto a la seguridad y salud. Por otro lado, se disminuye el absentismo, la rotación de empleados, y se aumenta su sentimiento de pertenencia a la empresa. Finalmente, mejora la imagen corporativa ante clientes y reduce el problema social de los accidentes laborales.

¿Poner en marcha este proyecto supone un gran paso en la línea de actuación de IMQ Prevención?

En IMQ Prevención tenemos una dilatada experiencia en la realización de programas para la reducción de la accidentabilidad. Este año lo hemos complementado con la realización de diagnósticos sobre clima preventivo, y el posterior plan de desarrollo y mejora de cultura preventiva.

¿Cómo perciben el presente de la cultura preventiva en las empresas? ¿Qué carencias detectan?

Las empresas llevan muchos años trabajando para dar cumplimiento de los requisitos legales que marca la normativa y tienen implantados planes de prevención y sistemas de gestión para conseguir alcanzar los objetivos marcados. Pero para lograr el compromiso compartido de toda la organización hay que ir más allá del cumplimiento normativo. Hay que trabajar una cultura positiva de seguridad, donde las normas se transformen en valores y todas las personas compartan el objetivo común de “trabajar de forma segura”.

¿Cuáles son actualmente los principales factores de riesgo para la seguridad y salud de los trabajadores?

El trabajo y los lugares de trabajo están sometidos a cambios continuos (introducción de nuevas tecnologías, sustancias y procesos de trabajo, cambios en la organización del mismo…). Todo lo anterior puede dar lugar a que aparezcan nuevos riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores, que es necesario prever y abordar para garantizar la seguridad y salud en el futuro. A modo de ejemplo, podemos mencionar los riesgos derivados del teletrabajo, que ha irrumpido con fuerza durante la pandemia derivada de la covid-19 y que ha terminado implantándose en muchas organizaciones. Por otro lado, según los datos de accidentabilidad publicados por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), en 2021, los infartos, derrames cerebrales y otras patologías no traumáticas representaron el 42% del total de accidentes mortales, seguido de los de tráfico y las caídas en altura.

¿Qué consecuencia se desprende de tales datos?

Si analizamos el total de los accidentes de trabajo, el 32% se debe a sobreesfuerzos y trastornos músculo-esqueléticos, siendo la causa principal, seguido de golpes con objetos y choques con objetos en movimiento. También son importantes los factores psicosociales, ya que son susceptibles de afectar tanto al bienestar y la salud de los trabajadores, como al desarrollo del trabajo.

¿Hay relación entre riesgos psicosociales y cultura preventiva?

Los riesgos psicosociales están directamente relacionados con la organización del trabajo, el contenido del mismo y la realización de las tareas, y se presentan con capacidad para afectar el desarrollo del trabajo y la salud de las personas trabajadoras. Si desarrollamos un buen nivel de cultura preventiva dentro de una organización, estaremos actuando paralelamente en la mejora del clima organizacional, dado que se trabaja en aspectos clave como el liderazgo, la participación y supervisión, y en el compromiso colectivo de la organización respecto a la seguridad y salud de las personas.

¿IMQ Prevención apuesta por la formación como uno de los puntales para fomentar la cultura preventiva en las organizaciones?

La formación juega un papel fundamental en la capacitación y sensibilización de las personas trabajadoras. Con el fin de fomentar la cultura preventiva, trabajamos con la Dirección-Línea de Mando aspectos transversales como el liderazgo, gestión de conflictos, investigación de accidentes… Con las personas operarias trabajamos con formación relacionada con los riesgos del puesto de trabajo (riesgos más importantes, percepción del riesgo, etc.).

¿Han registrado avances importantes este año en su área de actividad? 

Tras la retirada de la mayoría de las restricciones derivadas de la pandemia, las actividades de formación y capacitación se han retomado con fuerza, sobre todo la formación del Convenio del Metal. Hemos trabajado con intensidad en la realización de evaluaciones de riesgo psicosocial, y en el diseño e implantación de Procedimientos de Gestión e Investigación de Conflictos, Acoso Laboral, Acoso Sexual y Acoso por Razón de Sexo y Violencia en el Trabajo. Dentro del fomento de la cultura preventiva, hemos realizado actividades de difusión, diagnósticos sobre clima preventivo, y el posterior plan de desarrollo y mejora de cultura preventiva. En el ámbito de la higiene industrial en la evaluación de la Exposición a Agentes Químicos de acuerdo con la Norma UNE-EN 689:2019. Han surgido nuevas necesidades, como las actuaciones preventivas derivadas de la implantación del teletrabajo.

¿Pueden avanzarnos alguna novedad a futuro en la línea de trabajo de IMQ Prevención?

Entendemos que el futuro de la prevención pasa por gestionar las personas de forma más consciente, teniendo en cuenta que el futuro de las empresas pasa por garantizar la seguridad y la salud de las personas trabajadoras y por retener el talento, teniendo en cuenta el problema demográfico al que nos enfrentamos de falta de relevo generacional. De ahí se derivan acciones enfocadas a trabajar aspectos relacionados con generar empresas preocupadas e implicadas con el bienestar organizacional.