Una empresa privada proyecta terminar la planta de purines de Karrantza

Prevén reutilizar en la medida de lo posible las instalaciones del proyecto anterior inacabado en este mismo lugar, para lo cual “estamos verificando todo lo que hay y en qué estado para comprobar si puede utilizarse: una balsa, seis tanques, una nave de hormigón y una estructura metálica”, explica Javier González, socio promotor.

Los purines se recogen “por bombeo con cisternas herméticamente cerradas desde los fosos de las ganaderías para transportarlos a nuestra planta, los extraemos y los depositamos en una fosa subterránea”. Para otro tipo de deshechos se habilitará “una nave sellada donde metemos el camión, se tiran los residuos y se aplican tratamientos para quitar todo tipo de olores, baldeamos mientras el camión descarga para que no quede nada y se envía a una balsa para intentar homogeneizar el producto”. Mediante “bombas se dirige a los tanques y se procede a que se pudra, esta fase genera unos seis millones de metros cúbicos de gas”. Una vez sacado, “se depura para inyectar en la red y en ese proceso de depuración se elimina el dióxido de carbono quedando el gas listo para utilizar en casas”. En cifras, “venimos a producir “para unos 3.500 hogares, 31 gigawatios. Además, del digestato “que se obtiene aparte del gas” y resulta “en un fertilizante orgánico de valor añadido que posee su nicho de mercado”. La fracción líquida “representa la mayor parte, debemos conseguir quitarle la mayoría de las partículas en suspensión, para lo cual valoramos el sistema más adecuado” con el objetivo de “que se pueda derivar a cauce o colector con los parámetros adecuados y legalmente establecidos” evitando vertidos.

Tras los contactos con el Ayuntamiento, la asociación de desarrollo rural Enkarterrialde y la Mancomunidad los promotores cifran la inversión en un “mínimo de diez o doce millones de euros”. En cuanto sepan con seguridad qué se puede aprovechar “solicitaremos la autorización ambiental integrada que precisará una tramitación de “unos cinco meses” que aprovecharán para gestionar la licencia de actividad. “A finales del próximo año podría estar terminada y añadiendo seis meses de puesta en marcha, estimamos que esté operativa en julio de 2024”.

Con respecto a la plantilla, de entre veinte y treinta personas, tratarán que proceda de Enkarterri e incentivar la formación para que en el futuro la comarca aporte también al personal más cualificado para que la actividad revierta en Karrantza y alrededores.