El Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) no repercutirá en la factura de los abonados el aumento del coste energético que la entidad tiene este año. A pesar de ser uno de los entes públicos de Bizkaia que más electricidad consume para abastecer de agua a sus abonados y depurar la que ensucian, la tradicional política de eficiencia presente en su ADN le está suponiendo manejar este ejercicio tan convulso de forma holgada.

La prueba es que el CABB está pagando un precio fijo por cada uno de los 87 millones de kilovatios/hora (kw/h) que está gastando de media cada ejercicio, el equivalente al consumo medio de 25.000 hogares vizcainos. En concreto, está abonando 50 euros el megavatio/hora gracias al contrato firmado en 2020 para cinco años y que finaliza en 2024. Un precio muy lejano de los 150 euros a los que estaba la energía de media la semana pasada y mucho más de los 200 y hasta los 400 euros el megavatio alcanzados este verano.

Koldo Urkullu, director de Explotación y Gestión de Activos del CABB, explica a DEIA que a pesar de esta base tan sólida “la incorporación de los municipios de Busturialdea sí nos ha impactado ya que, no solo se consume más energía, sino que el anterior consorcio no tenían precio fijo y a pesar de que hemos negociado no ha sido en las mismas condiciones de 2020”. Esto implicará un ligero aumento del 10 al 13% de gasto que supone el consumo energético en el total de los presupuestos del ente.

Janire Bijueska, responsable del Gabinete de apoyo a la presidencia del Consorcio, especifica que el consumidor se verá libre de subidas extra. “Solo se va a repercutir lo que marca la directiva europea del agua, es decir, los costes del proceso integral de abastecimiento y saneamiento. Va a seguir como años atrás, no cambia nada por la subida de la energía”, explica.

La labor de limpieza de las aguas fecales es la más gastadora; supera el 82% del total con sus 71,7 millones de kw/h, otros 15,2 millones (16,5%) se va en que los grifos tengan agua las 24 horas del día, y menos de un 1% es el gasto en oficinas. Urkullu basa la diferencia tan abultada en que “afortunadamente el agua que consumimos viene de los pantanos alaveses y llega a Bizkaia por gravedad, con lo que el gasto energético es mínimo”.

Todo lo contrario pasa con el saneamiento de las aguas fecales. En este trabajo, el uso de las 3.000 bombas impulsoras de estos líquidos que gestiona el CABB en toda Bizkaia genera gran parte de la abultada factura.

“La planta depuradora de Galindo, por sus proceso, es la que más energía gasta”, asegura el director al mover y tratar miles y miles de litros diarios. Un dato. Las bombas que surten de aguas sucias a sus tanques de tratamiento impulsan 3.000 litros por segundo desde la cota -15 metros, a la que se encuentran los colectores bajo tierra, hasta los 5 metros por encima del suelo, donde se hallan los depósitos. Es decir, elevan el agua a una altura similar a un edificio de 7 plantas.

Pero no todo es gasto. El CABB sigue trabajando con ese ADN de hormiguita referido para ahorrar en el consumo de luz con una serie de proyectos ya en marcha y otros por acometer que conforman el Plan de Acción Energética aprobado en el último comité de la entidad del mes de setiembre.

Esta hoja de ruta, ya presentada al Gobierno vasco, responde a la Ley de Sostenibilidad Energética e incluye directrices específicas para un ente diferente “a las administraciones, ikastolas o centros sanitarios cuyo gasto es en edificios principalmente y con los que no podemos compararnos por nuestras características operativas”, dice el responsable del Consorcio.

Fórmula particular

Por ello han planteado al departamento de Industria una fórmula particular para ahorrar. Esther Torvisco, subdirectora de Gestión de Activos, explica que “hemos examinado todas nuestras instalaciones y analizado su consumo específico de energía por metro cúbico de agua tratada o potabilizada y aquellas que exceden los ratios medios estamos procediendo a su mejora técnica para que consuman menos y se igualen a las plantas más eficientes registradas”. Es lo que han bautizado como intercomparación de instalaciones y “ya está dando muy buenos resultados”, apostilla Urkullu.

El Consorcio también tiene implementadas otras medidas ahorradoras desde hace tiempo como el cambio de los algoritmos de oxigenación para “para ajustarnos a la necesidad concreta de oxígeno y optimizar el consumo”, detalla Torvisco; ha programado los bombeos en abastecimiento para activarlos en las horas más baratas, y continua el cambio de motores de bombas poco eficientes.

Finalmente, se ha sacado a concurso recientemente la adquisición de la energía en el mercado mayorista para otro lustro, de 2025 a 2029, y conseguir un precio fijo y ajustado como el que se disfruta ahora. Janire Bijueska destaca que “en esta coyuntura de incertidumbre energética hay que tener la mayor seguridad posible de cara a afrontar los presupuestos de los próximos años”. Y para ello cuentan con una gran ventaja. “Sabemos casi con exactitud cuánto vamos a gastar anualmente, con lo que el proveedor tiene un ingreso asegurado, algo que no ocurre con una industria o una empresa más volátil y que depende más de su producción”.

Al detalle

Plan de acción energética Aprobado el pasado mes

Presentado al Gobierno vasco, aúna los esfuerzos que se llevan a cabo desde hace año en ahorro energético e introduce nuevas acciones para gastar menos y generar más energía propia.

La cifra: 50 €

Es la tarifa fija que está pagando el Consorcio de Aguas por cada megawatio/hora gracias a un contrato firmado en 2020 y que le ha evitado abonar los hoy en día disparatados precios de la energía.