El centro de interpretación que el Gobierno vasco proyecta en la estación de Lutxana contará con zonas expositivas tanto interiores como exteriores, en el que se mostrarán locomotoras de vapor y grúas, con un diseño que recreará las antiguas estaciones de tren de la época. 

El futuro centro de interpretación contará con una zona de recepción, áreas expositivas tanto interiores como exteriores, salas de conferencias y proyecciones, y un área técnica y servicio. Así, en la zona de los viejos andenes -situados en el lado de la estación que mira hacia Barakaldo- se ubicarán elementos que forman parte del patrimonio industrial ferroviario, como locomotoras de vapor, máquinas tractoras de vapor, grúas mecánicas y polipastos, vías y agujas, para que el futuro visitante pueda conocer todo aquellos elementos que formaban parte del ferrocarril. Las máquinas que tiraban de los trenes de La Robla destacaban en su época por su envergadura y potencia; muchas de ellas sobrepasaban las 100 toneladas de peso, con una longitud de más de diez metros. 

Además, todo el entorno, como los acabados, las marquesinas, la iluminación y los cierres de vía seguirán un diseño acorde con el espíritu de la época, principios del siglo pasado. De las dos plantas de las que consta el inmueble, la primera se destinará a habilitar una zona de exposiciones y conferencias. También se proyectarán accesos desde el exterior de la estación, comunicando la trama urbana con el futuro museo mediante caminos peatonales, zonas verdes y parkings. La puesta en marcha del museo no afectará al funcionamiento de la línea de Cercanías de Renfe entre Bilbao y Santurtzi, que seguirá manteniendo accesos diferenciados.

La ingeniería Eptisa Cinsa trabaja ya en el diseño del nuevo museo, después de que ETS le adjudicara la licitación de ese trabajo por un valor de 68.000 euros. Tras recibir el encargo el pasado 1 de septiembre, la empresa tiene ahora cinco meses para definir el proyecto constructivo.

Patrimonio Industrial

La actuación se enmarca, en colaboración con Euskal Trenbide Sarea y Adif, dentro del proyecto de zonas de actuación preferente del Gobierno vasco, que buscan la reactivación económico y del empleo a través de proyectos tractores turísticos. Se trata del segundo museo que se va a habilitar en Lutxana, después de que en junio se inaugurase el de patrimonio industrial en Orkonera.

La Compañía del Ferrocarril de La Robla levantó la estación de Lutxana a principios del siglo pasado para atender de forma adecuada a los usuarios del servicio de transporte de viajeros y mercancías. De dos plantas, se trata de un edificio de 36 metros de largo y seis de ancho, dispuesto en isla y rodeado de vías: por un lado se encontraban las de vía métrica, procedentes de Balmaseda, y por el otro la doble vía ancha del ferrocarril de Bilbao a, por aquel entonces, Portugalete. En la planta baja se situaban las oficinas de los jefes de estación y las salas de espera. En el caso de La Robla, las había de 1ª y 2ª, además de un almacén de equipajes. En la planta superior se habilitaron dos viviendas para el personal.

La vía de La Robla dejó de utilizarse con el desmantelamiento de los Altos Hornos en 1996 y la desaparición del tren de bandas de Ansio. Sufrió un ataque en 2007 que dañó de forma importante el edificio y provocó el hundimiento parcial de la cubierta. La reconstrucción finalizó en 2010.