A inicios del próximo año la Agencia Vasca del Agua, URA, culminará las obras de encauzamiento del río Ibaizabal entre Galdakao y Basauri, unos trabajos que comenzaron en 2010 y que van a permitir evitar los sempiternos efectos de las inundaciones en la comarca. 

URA calcula que casi 8.000 vecinos de ambos municipios saldrán de las zonas inundables en las avenidas del río que se prevén cada 100 años de media y que se recortarán drásticamente los daños económicos, hasta un 84%, en las abundantes empresas ribereñas. Cuando culmine el proyecto y se alcance el puente de Pozokoetxe en Galdakao, URA habrá invertido 35,5 millones en este proyecto hidráulico.

Una prueba de los efectos de estas faraónicas obras que se han acometido en tres fases a lo largo de casi 5 kilómetros de cauce ya fue palpable con las cuantiosas lluvias que precipitaron en noviembre pasado. 

Para esas fechas, el ensanchamiento del tramo principal del río, a la altura del viejo puente de Bengoetxe, en Galdakao, conocido popularmente como de Mercadillo, ya estaba concluido. Entonces se pudo observar cómo la ampliación del cauce efectuado ensanchando sus márgenes permitió asumir sin problemas el exceso del agua caída y que, por ejemplo, los vecinos del barrio de Zuhatzu de Galdakao, situado medio kilómetro aguas arriba, observaran el Ibaizabal sin miedo a que sus casas se anegaran. También se beneficiaron los residentes aguas abajo ya que cuanto más se amplía la capacidad del río en sus tramos superiores menos opciones de desbordamientos existen en los inferiores.

LA CIFRA: 35,5 

Es el coste total del proyecto de encauzamiento sumadas sus tres fases y que ha permitido actuar en cinco kilómetros de cauce.

Fuentes del ente dependiente del Gobierno vasco pusieron en valor a este periódico los trabajos hidráulicos acometidos porque “no hay que olvidar que el Ibaizabal es el río más caudaloso de Euskadi que desemboca en el Cantábrico”. 

Además en su tramo más bajo del recorrido, antes de convertirse en ría a su entrada por el barrio bilbaino de La Peña, es el que más actividad industrial y empresarial acoge en sus zonas inundables, además de la presencia de edificios residenciales. 

Los datos que aportan los técnicos de URA son irrefutables. Antes de la ejecución del proyecto, el número de habitantes dentro de zona inundable era de 9.600 y 13.500 para las avenidas de periodo de retorno de 100 y 500 años, respectivamente. Con el proyecto finiquitado, los vecinos expuestos se habrán reducido a 1.700 y 8.600 para T100 y T500, respectivamente.

Los beneficios desde el punto de vista de las empresas son más cuantiosos. Antes de 2010, los daños económicos medios esperables en la zona eran de 5,6 millones de euros al año y con la fase III finalizada, se estima que se reducirán a 900.000 euros al año, un 84% menos.

El mismo punto el pasado viernes, con el agua habitual que lleva el río, y donde se ve la nueva capacidad del cauce creada. José Mari Martínez

Para avenidas cada 10 años

Con todo el tajo acometido, en caso de unas lluvias torrenciales prolongadas, el reinventado cauce del Ibaizabal asumirá sin problemas toda la corriente fuerte, la que se denomina zona de flujo preferente. 

Los estudios llevados a cabo por URA estiman que antes de la intervención, el caudal que podía admitir el río a la altura del puente de Mercadillo se situaba en 547 metros cúbicos de agua por segundo, es decir, 547.000 litros por segundo, el estimado para las avenidas que ocurren de media cada diez años. 

Ahora, con la encauzamiento acometido, el nuevo espacio fluvial puede acoger hasta 772 metros cúbicos por segundo, con lo que solo no se verá afectado el tramo más que por las crecidas que ocurren cada siglo de media. 

Y en caso de que llegue una de las extraordinarias inundaciones, las que se registran de media cada 500 años, aunque el espacio fluvial generado no podrá admitir los 1.170 metros cúbicos por segundo que las protagonizan, “si conseguirán reducir los calados de forma considerable y, por lo tanto, los daños”, indicaron a este periódico fuentes de la agencia vasca del agua.

AL DETALLE

Fase I: De Etxebarri a Ariz

Se actuó también sobre el tramo del Nervión que atraviesa Basauri y se tuvo que remodelar dos puentes para evitar obstáculos.  

Fase II: De Ariz a Bengoetxe

El tramo de 1.570 metros de longitud fue el menos costoso económicamente hablando y donde más fácil se trabajó para excavar el fondo y ensanchar las orillas. 

Fase III: De Bengoetxe al puente de Plazakoetxe

Está siendo el tajo más complicado y más costoso y acoge la intervención más espectacular al duplicar el cauce hasta 80 metros de ancho a la altura de Bengoetxe. 

Alcanzar este nuevo escenario no ha sido fácil. De hecho, el proyecto de defensa ante inundaciones es único y se ha acometido en tres fases diferentes para que URA los pudiera asumir sin problemas, técnica y financieramente hablando. 

Porque el proyecto hidráulico no solo ha consistido en excavar el fondo del río o ensanchar sus orillas para que aceptara más cantidad de agua en época de lluvias intensas. URA en colaboración con los ayuntamientos afectados y la Diputación Foral ha tenido que expropiar numerosos terrenos inundables en las orillas donde se levantaban industrias obsoletas, viviendas y espacios deportivos que han tenido que ser demolidos.

De igual forma se ha actuado en un total de seis puentes, bien derribándolos, quitando del cauce las pilas sobre las que se apoyaban y tendiendo nuevos pasos o adaptándolos para retirar todo obstáculo que alimentase futuras avenidas de aguas. Otras intervenciones implicaron asimismo eliminar o minimizar pequeñas presas que salpicaban el cauce.

Así, en la primera fase, desarrollada entre 2010 y 2013, se intervino, por una parte, en 540 metros del río Nervión, desde el puente de Ariz en Basauri hasta su conexión con el Ibaizabal, y desde este cruce hasta el puente de EuskoTren en Bandas. 

Este ultimo paso fue sustituido por otro de un solo vano o espacio entre apoyos mientras que el nuevo puente de la calle Gudari, en Basauri, salva ahora el río con una anchura de 37 metros sin obstáculo en las aguas. 

En estos 1,7 kilómetros de cauce se amplió su sección excavando el lecho rocoso para ganar 2,5 metros de profundidad. Además, en la confluencia del Nervión y el Ibaizabal se habilitó un canal de aguas bajas de 28 metros de ancho en su base y banquetas u orillas inclinadas de cinco metros de ancho a los lados. Con ello se alcanzó una capacidad de desagüe de 2.000 metros cúbicos de agua por segundo gracias a una inversión final de 12,5 millones de euros.

La segunda fase del encauzamiento del Ibaizabal trabajó en el tramo de 1.570 metros que va desde su confluencia con el Nervión hasta el salto de agua o azud de Bengoetxe, en Galdakao. Aquí se sustituyeron los pilares del puente de Urbi, colocándolos en las orillas, y se demolió el que daba acceso a la fábrica de Bridgestone, para tender otro con un único vano de 41 metros de largo. Esta fue la fase más barata de las tres, siete millones de euros, y se dio por concluida en 2016.