Las últimas sardineras de Santurtzi ya cuentan con una escultura que reconoce la valiosísima labor que han desempeñado en el municipio. La obra, situada en pleno corazón de la localidad marinera, junto a la Casa Torre, se titula Azken Sardinerak y ha sido realizada por el artista Víctor Goikoetxea, un viejo conocido de la localidad, puesto que él fue el creador del mural Santurtzi En La Memoria que da color y personalidad al interior de la Casa Torre. La puesta de largo de esta nueva escultura fue el acto central del Sardinera Eguna, una celebración que recuperó Santurtzi en la jornada de ayer tres años después de la celebración de la última edición. “Esta obra es el reflejo de nuestro pasado. Siempre hemos intentado dar a nuestras sardineras el homenaje y reconocimiento que merecen. Con esta escultura queremos mostrar lo orgullosos que estamos de nuestras sardineras y de nuestro espíritu marinero”, declaró Aintzane Urkijo, alcaldesa de Santurtzi.

Ane Astragala y sus amigas disfrutaron del Sardinera Eguna. Miguel A. Pardo

Así, el momento de la inauguración de esta escultura llegó hacia las 18.30 horas ante la mirada de cientos de personas. Algunas, con sus trajes de sardinera esperaban el momento de descubrir la figura de la obra de arte que llenará de identidad y memoria el corazón de la localidad marinera. Lo cierto, es que a lo largo de la mañana se había ido generando expectación, puesto que en las primeras horas del día ya se pudo ver la placa de la nueva obra y, a su lado, se podía ver una lona que, todo hacía indicar, tapaba la escultura. La lona que la cubría no hizo más que mantener la intriga hasta el mismo momento de la inauguración. Los más curiosos tuvieron que aguantar una espera de varias horas y entre esos curiosos se encontraba Ane Astralaga con su grupo de amigas. “Este es un día muy especial y más habiendo tenido que esperar tres años. Soy de familia de marineros y es un día para disfrutarlo, lo mejor de todo es poder volver a ver a la gente junta y feliz”, indicó Ane. Dicha espera hasta conocer cómo era Azken Sardinerak mereció la pena, ya que la obra es deslumbrante. Muestra a una sardinera con su tradicional carro y, cómo no, con una sardina en una de sus manos. “Para mí es muy importante que no perdamos las raíces. He intentado hacer una escultura clásica y figurativa, pero que, a la vez, sea fresca. Ha sido un placer volver a trabajar en Santurtzi”, señaló Víctor Goikoetxea. Lo cierto es que, por lo visto, en las primeras horas de vida de esta obra, ha sido todo un éxito. Han sido muchas las personas que ya se han fotografiado junto a la escultura.

Una vez se despejó la incógnita acerca de la nueva escultura, una vez se inauguró la obra, el Sardinera Eguna de Santurtzi ganó en ritmo e intensidad. Nada más acabar el acto de estreno de Azken Sardinerak, una kalejira encabezada por gigantes, la Banda de Música de Santurtzi y txistularis partió desde el entorno de la Casa Torre para tomar rumbo hacia el puerto pesquero. Allí, junto al pabellón del Club de Remo Itsasoko Ama tuvo lugar el segundo gran evento de la presente edición del Sardinera Eguna; la inauguración del nuevo batel del club morado. Tal y como ocurrió en la puesta de largo de Azken Sardinerak, en este evento las mujeres fueron protagonistas. En este caso, el Club de Remo Itsasoko Ama decidió bautizar a su nuevo batel con el nombre de Fidela, una aficionada de la Sotera que ha estado apoyando al club en los momentos de gloria y de penuria. A través de la figura de Fidela, el club de remo santurtziarra quiere poner en relevo la aportación que las mujeres han hecho a la entidad.

Poco más tarde, llegó el turno de un alarde de danzas marinero en el que los grupos de Santurtzi fueron los grandes protagonistas. El ritmo de la tarde fue vertiginoso y la variedad de actividades amplia, ya que los más txikis contaron con unos hinchables en los que poder brincar y disfrutar durante toda la tarde. Entre tanto ritmo y actividad, también había que tener un momento en el que reponer fuerzas y en Santurtzi no hay mejor manera de recargar pilas que comiendo sardinas asadas. Así, volvió a salir humo y un profundo aroma a mar desde las pailas que hicieron posible la sardinada popular con la que se llenó de sabor este Sardinera Eguna. Tampoco podía falta la música en esta jornada y, de esta manera, la última de las 20 actividades que se programaron a lo largo de la jornada de ayer fue una romería que ofreció el grupo Inguma en el escenario que se habilitó en el puerto pesquero.

SEGUNDA ESCULTURA

Azken Sardinerak es la segunda escultura o monumento que Santurtzi dedica a sus emblemáticas sardineras. El primero de ellos es el Monumento a La Sardinera, una obra que fue realizada por Miguel Lucarini y que se estrenó el 8 de septiembre, día de la Virgen del Mar, de 1964. En estos 58 años de historia, esta obra se ha convertido en uno de los principales símbolos de la localidad marinera y se ha convertido en el gran atractivo del paseo que lleva desde Santurtzi hacia Zierbena. Ahora, más de medio siglo después, Santurtzi vuelve a apostar por el arte para homenajear a sus sardineras, concretamente, a las últimas, aquellas que son el último eslabón de una cadena, de una tradición que ha hecho de Santurtzi, gracias a estas mujeres, un lugar único y lleno de personalidad. No había mejor ocasión que el Sardinera Eguna para que el homenaje a estas mujeres quedase para la posteridad en forma de una escultura que ya llena de arte y memoria el corazón de Santurtzi.