El coordinador de Cruz Roja Bizkaia prevé una subida de usuarios en cuanto comience el frío.
¿Cómo afecta la subida de precios de la luz, el gas y los alimentos a los colectivos más vulnerables?
Les afecta en mayor medida que al resto porque antes ya tenían unas dificultades y esto las incrementa.
¿Qué perfiles de personas están resultando más perjudicadas?
En lo que respecta a pobreza energética son, sobre todo, mujeres de 35 a 50 años, la mayoría en situación regular, pero desempleadas.
¿Tienen también dificultades por la carestía de los alimentos?
La pobreza energética va ligada a los precios de la luz y el gas, pero también a la subida de los precios de la alimentación. Todo afecta a la economía doméstica, pero lo notamos, sobre todo, en las entregas de pobreza energética porque es lo que la gente deja de pagar por sus precios elevados. Dejar de comer es más complicado, pero pasar más frío o calor o no utilizar el agua caliente es algo a lo que la gente se puede acoger.
¿Tienen más solicitudes de ayuda desde la invasión de Ucrania?
Sí hemos tenido un aumento desde la crisis de Ucrania, que se ha notado más en los últimos tres meses. No obstante, más que el número de personas usuarias, lo que sí ha aumentado de manera significativa son las cuantías que entregamos para el pago de los suministros. Las situaciones de corte de electricidad, que son muchas de las que atendemos, sobre todo en casos de urgencia, sí que se han visto incrementadas.
¿A cuánto ascienden esas cuantías?
Entre finales de abril y principios de mayo entregamos casi 43.000 euros en prestaciones de pobreza energética, 8.000 más que en el mismo periodo del año anterior.
¿Ha habido personas que han acudido a Cruz Roja por primera vez?
“Dejar de comer es más complicado, pero pasar más frío o calor o no usar el agua caliente es algo a lo que la gente se puede acoger”
Se ha acercado gente nueva, familias ucranianas , familias que acogían a personas ucranianas y, a raíz de esta subida del IPC y de las hipotecas y alquileres, que están disparados, también residentes en Bizkaia que ya estaban en una situación límite.
Advierten de que la situación empeorará en otoño e invierno.
Prevemos que a partir de octubre, cuando bajen las temperaturas y la gente empiece a poner la calefacción, haya un aumento de personas que se acerquen a Cruz Roja y ya estamos trabajando en medidas específicas. Las personas que están atendiendo en las asambleas locales, en los municipios, estarán preparadas para que puedan venir más personas y Cruz Roja pondrá de los fondos que tiene las partidas que se puedan necesitar.
¿Habrá gente que sufrirá este invierno penurias por no pasar el ‘trago’ de pedir ayuda?
Normalmente cuando vienen situaciones imprevistas y las personas se ven en dificultades económicas al principio son reticentes a acercarse a las organizaciones, pero estamos para ayudar y cuando se acerca una persona se la trata con la discreción y la dignidad que merece.
Primero fue la pandemia, con la consiguiente pérdida de empleo, y cuando parecía que algunas familias levantaban cabeza, la invasión de Ucrania. Al final el último eslabón siempre es el que más sufre.
En 2020 tuvimos muchísima actividad porque las personas estaban confinadas y algunas sin empleo. Tuvimos una subida tan grande que las bajadas en 2021 y 2022 se están notando. Con respecto a 2019 estamos teniendo una bajada también de las personas a las que atendemos porque la situación del empleo hasta ahora estaba siendo mejor. De hecho, hay sectores en los que casi no hay paro. Aun así, a raíz de la guerra de Ucrania y de la crisis de precios en alimentación, electricidad y gas, creemos que va a haber gente que necesite ayuda.