Un total de 228 menas, o lo que es lo mismo los menores no acompañados que tantos quebraderos de cabeza ocasionan a los servicios sociales forales, son los que a día de ayer están siendo tutelados por la Diputación de Bizkaia. Así lo desveló ayer el diputado de Acción Social, Sergio Murillo en su comparecencia en la comisión correspondiente de Juntas Generales, en la que aseguró que es una cifra dimensionada teniendo en cuenta que en la actualidad ocupan algo más del 90% de las plazas que tienen activas el ente foral.

También especificó que hay que trabajar en la fórmula de cómo se trata a los chavales en los centros forales indicando que se tiene que “avanzar” en una mayor especialización de los profesionales que intervienen en la atención socioeducativa de estas personas en situación de desprotección.

La comparecencia de Murillo tuvo doble origen. Por un lado, el grupo Mixto-PP Bizkaia, por otro Elkarrekin Bizkaia pidiendo ambos explicaciones tras las “denuncias hechas públicas” por educadores sociales de estos centros en medios de comunicación, en los que criticaban la “inacción” institucional ante el “descontrol” de algunos menores extranjeros no acompañados, tutelados por la Diputación.

Ambos grupos solicitaron a Murillo que informara de las “medidas” que su departamento iba a poner en marcha para atajar, según la juntera popular Esther Martínez las “agresiones”, “fugas” y el “absentismo escolar” que según ella protagonizaban buena parte de este colectivo sin padres a su cargo en Bizkaia.

Sin comunicación oficial

El diputado foral fue claro a la hora de valorar las denuncias públicas referidas. “No hemos recibido escrito, ni correo, señalando estas cuestiones, lo cual nos apena porque no nos permite abordar la cuestión y valorar en su caso mejoras en nuestra intervención”, especificó a los apoderados.

De todas formas sí admitió que su departamento está al tanto de la situación que se vive en los centros. En este sentido aseguró que la red de atención a menas, se encuentra “dimensionada” y está “cada vez más especializada” en función de la edad, expectativas vitales y de los perfiles de los menores. Eso sí, concretó que el siguiente paso será “avanzar” en esta especialización, no tanto de los centros sino de los profesionales que trabajan con los chavales.

En estos momentos, Bizkaia cuenta con siete centros de preparación a la emancipación para mayores de 14 años que van desde las 50 plazas, del más grande, hasta las 16, del más pequeño. Otras cinco unidades cuentan con capacidad máxima de seis menores. Ahora mismo la capacidad de la red foral es de 250 plazas, de las que están cubiertas 228, lo que significa que la ocupación de los centros, que cuentan con una capacidad media de 21 plazas, es del 91,2%.

También desveló que por cada menor existe un coordinador de caso “a los que les llegan las incidencias menores o mayores por parte de los educadores que trabajan en los centros”. Una información que no solo se recoge en las residencias forales también llegan “de los centros educativos, puntos de encuentro y de otros programas de apoyo que para estos menores hay articulados”.

Como ejemplos puso los hilos de trabajo abiertos con la Ertzaintza a través de las unidades de hurbiltzailes para recibir información y conocer la situación de menores “en especial riesgo”, o el que el departamento foral de Acción Social tiene abierto con el Ministerio Fiscal, con reuniones periódicas.