Gritos de protesta. “¡Ni una más!”, fue la frase que se escuchó repetidamente entre las callejuelas de Josu Murueta durante la tarde del pasado viernes. La cacerolada feminista fue convocada a raíz de la agresión sexual sufrida por una menor, vecina de Erandio. Una denuncia desembocó en la imputación al presunto autor de los hechos de dos ataques sexuales sucedidos en Leioa en 2015 y 2017. El individuo formaba parte del club de fútbol femenino Erandio Betiko Neskak y la menor era una de las jugadoras. La indignación ya formaba parte del ambiente y la rabia por lo sucedido se sentía en el aire. Las protestas de quienes tocaban sus cacerolas con energía no podían ser más claras: “¡Si tocan a una, tocan a todas!”. Foto: M. Goikotexea