El daño está hecho. Falta saber cuál será el castigo que imponga la madre Naturaleza. Gorka Castillo, técnico del Área de Acción Climática de Ihobe comparte su opinión sobre lo que puede venir. Dice que en la situación actual, considerando que de aquí a 2050 el aumento del impacto será medio “lo fundamental es no aumentar el riesgo costero creando nuevas infraestructuras que impidan la adaptación de nuestra costa”.

He estado repasando los escenarios y madre mía. ¿Seguiremos con 28 playas en Bizkaia en 2050?

En el futuro lejano los impactos serán muy diferentes en los distintos escenarios; es decir, dependerá de si a nivel mundial somos capaces de controlar nuestras emisiones o no. Los resultados de los modelos indican que en 2050 mantendremos las actuales playas aunque con pérdidas de superficie de playa seca variables, entre el 6 y casi el 60%, según el caso.

Isuntza, Ea y Bakio serían las más perjudicadas según el PTS-Litoral. ¿Hay alguna razón?

En el proyecto Kostaegoki se ha modelizado la erosión en las playas teniendo en cuenta multitud de aspectos, incluyendo la longitud y pendiente de la playa, su forma, la existencia de barreras físicas para su potencial desplazamiento, incluso en ocasiones la granulometría de la arena. Pero más allá de lo obvio, ha de tenerse en cuenta que las playas se parecen a un organismo vivo, en el que la cantidad de arena visible está en equilibrio con depósitos de arena submarinos y, si existen, con los sistemas dunares en costa. Lógicamente aquellas playas que se encuentren encajonadas por acantilados o infraestructuras antrópicas lo tendrán más difícil para desplazarse o para recuperar arena que aquellas que dispongan de espacio físico y de dunas.

El resto de los arenales de Bizkaia ¿en qué situación quedarían? 

En general, ya que estamos considerando una subida del nivel del mar en torno a 26 centímetros en 2050, este incremento supondrá una pérdida neta de cierta cantidad de superficie de playa media. Pero debemos tener en cuenta que la playa no tiene una superficie seca constante, sino que esta varía a lo largo del día y a lo largo del año debido tanto a las mareas diarias y al oleaje como a los diferentes valores mareales que se producen a lo largo del año, y son distintos en los diferentes años. 

¿Serán más pequeñas, pedregosas?

Las playas son elementos móviles, tienen formas diferentes en verano y en invierno. El oleaje en invierno es mucho más energético y esa energía se disipa moviendo la arena y cambiando la forma de la playa. En definitiva, todas las playas sufrirán un ascenso de la línea del mar; es decir, serán algo más estrechas, reduciéndose la superficie seca tanto en marea baja como en marea alta. Aquellas playas que actualmente tienen poca arena en mareas altas, tendrán menos aún.

“Ya se está actuando con la recuperación de la playa de Gorliz y su sistema dunar, la marisma del Barbadun o la restauración de Urdaibai”

La subida del mar podría llegar hasta el centro de Bilbao y cubrir parte de Urdaibai... Esto es como para tomar cartas en el asunto ya...

Más que al centro de Bilbao, las mareas más vivas ya se desbordan periódicamente en determinados puntos de la ría, y en el futuro lo harán más a menudo y a mayor nivel. En el escenario a 2050 serán estas zonas y aledañas las que se podrán inundar. A medida que vamos a escenarios más pesimistas a fin de siglo aumenta la longitud de zonas de la ría que podrían desbordarse en las mareas más vivas. Las medidas a tomar deben ser proporcionales al riesgo y en este sentido, las soluciones naturales son las que se presentan generalmente como ganadoras por los co-beneficios que generan.

Explíqueme, por favor.

En el proyecto Kostaegoki, además de analizar el riesgo se analizan una serie de medidas en función de sus características, desde las más suaves como la recuperación de dunas, hasta las más duras como la incorporación de diques o motas. Ya se está actuando, y algunos ejemplos pueden ser la recuperación de la playa de Gorliz y su sistema dunar, la marisma del río Barbadun o la propia restauración ambiental de Urdaibai. Son buenas prácticas que permitirán una mayor resiliencia a los impactos del cambio climático.

¿Y qué pasa con las mareas? ¿La alta de hoy será la baja dentro de unas décadas?

No, la marea alta de hoy no será la baja de mañana. La diferencia entre la marea alta y la baja medida en el puerto de Bilbao ronda los 3 o 4 metros dependiendo de los ciclos mareales. En 2050 subirá 26 centímetros [las pleamares serán 26 centímetros más altas y las bajamares también] por lo que apenas se notará en este aspecto, lo que no implica que no tengan impacto sobre la primera línea de costa. A final de siglo, sin embargo, podríamos tener ascensos del nivel del mar de entre 51 centímetros y un metro, por lo que el impacto será más considerable.

“El impacto del oleaje se produce en mayor medida con olas que llegan de oeste a este, aunque cada zona tiene sus características”

Supongo que los puertos también se verán afectados...

Efectivamente. Por una parte la afección a los diques. El ascenso del nivel del mar parece pequeño si lo comparamos con las cifras de oleaje que se manejan en las tormentas, donde podemos estar hablamos de olas de 8 metros o con el efecto de que el mayor oleaje se produzca en pleamar o bajamar o incluso otros parámetros menos intuitivos como la frecuencia de las olas que en conjunto con el resto de parámetros definen la energía que libera el mar sobre los diques. No obstante, esos 26 centímetros y aún más si hablamos de entre 51 centímetros y 1 metro puede ser decisivo para que determinadas tormentas tengan un mayor impacto sobre estos. Sin embargo, estos grandes fenómenos como los ocurridos en 2013 y 2014 se suceden con cierta aleatoriedad, lo que implica que no es viable hacer un refuerzo que prevenga la rotura en el 100% sino que se responde a criterios probabilísticos. Y las zonas bajas de los puertos, que incluyen lonjas e infraestructuras, se podrán ver más afectadas y más veces a medida que el nivel del mar ascienda.

Este año pasado, la playa de Sopelana se quedó sin arena debido a las mareas y los temporales. ¿Debemos acostumbrarnos?

Es previsible que estos temporales aumenten e innegable que su impacto será mayor, por lo que la frecuencia aumentará también.

¿Sería ético rellenar esos arenales?

Las playas mantienen un equilibrio entre arena seca y arena submarina que va variando a lo largo del año y de forma distinta en diferentes años. Un fenómeno extremo rompe este equilibrio por lo que es necesario aportar arena. Si tendrá sentido o no dependerá de la frecuencia con la que haya que hacerlo en el futuro.

¿Afectará más en el este [Laga, Laida, Karraspio...] o en el oeste [La Arena, Ereaga, Arrigunaga...]?

El impacto del oleaje en la costa se produce en mayor medida con olas que llegan de oeste a este por lo que tiene en principio mayor impacto medio la zona de Bizkaia incluida al oeste de Matxitxako que al este, creando este cabo una zona de sombra o abrigo. Sin embargo cada zona tiene sus características en función de si se encuentra más o menos protegida, si se trata de playas o acantilados, de la litología de estos, etc.