Reclutado forzosamente a los 18 años, Gaspar Neira Rotaetxe es el último soldado vivo del municipio. Asun Jiménez Cosgaya escapó a los 7 con su familia a Ampuero, donde sufrió un bombardeo y a su regreso su casa había quedado destrozada por hallarse en un punto estratégico del frente donde chocaban los dos bandos. Encarcelaron al padre, hermanos y primos de Visi Diéguez. Ella y otras mujeres de la familia caminaban a Santander para poder hacerles llegar comida y emprendían el camino inverso asustadas escondiéndose en el bosque por miedo a que las atraparan. Che Serna convivió tres años con una familia belga tras haber zarpado en el barco Habana para ponerse a salvo. A su vuelta todos sus hermanos estaban presos, salvo uno que se escondió en el caserío familiar. El conflicto también truncó la infancia de Paca Marcelino. Testimonios que reflejan con nombres y apellidos el impacto de la Guerra Civil en Sopuerta, homenajeados ayer en el Museo de las Encartaciones representando a los alrededor de 200 vecinos que se estima fallecieron, entraron en la cárcel o padecieron represalias durante la contienda y la dictadura. Y 93 murieron "solo víctimas de la guerra", precisan desde el museo.

"Todavía en la infancia y adolescencia, les tocó vivir como adultos situaciones que nunca hubieran imaginado", recordaron, estableciendo un paralelismo con lo que está ocurriendo en Ucrania. Familiares de víctimas y numerosos vecinos presenciaron el emotivo acto en el mismo lugar que albergó hace cinco años una exposición sobre el paso de la Guerra Civil por Enkarterri, hasta entonces prácticamente desconocido por la escasez de investigaciones tras la caída de Bilbao en manos franquistas en junio de 1937.

Muchas localidades de la comarca están llenando ese vacío con la publicación de trabajos que documentan el horror del conflicto y sus consecuencias para quienes lo vivieron en primera persona. Entre ellas está Sopuerta. Los farmacéuticos e investigadores y colaboradores habituales del Museo de las Encartaciones Javier de la Colina padre e hijo presentaron el año pasado un libro con "ingente" material recopilado destacando la importancia de "hablar ahora" con las personas que se enfrentaron a la guerra. "Parecía que por aquí pasó el lehendakari Aguirre, dio un discurso y punto, y no. Hubo muchas víctimas", señalaron.