El éxito para mantenerse tres décadas como centro de referencia en la enseñanza del euskera se basa en el modelo activo y afectivo. Responsabilidad y compromiso son componentes tan poderosos como las medidas y los recursos que marcarán el futuro del euskera. Así lo cree Mariví Zubiaga Gallastegi (Elorrio, 1962), máxime responsable de Zornotzako Barnetegia que mañana martes cumple treinta años dedicados a enseñar a amar al euskera.

Treinta años han pasado ya desde que Zornotzako Barnetegia abriera sus puertas. ¿Tiene algún recuerdo de aquel momento?

-Del momento en concreto lo que recuerdo es el acto de presentación del curso. Recuerdo el salón de actos a rebosar y todos nosotros, los trabajadores, en el escenario, nerviosísimos, para muchos era nuestra primera vez en un escenario con tanto público. Pero, quitando ese momento, recuerdo más el sentimiento de aquellos días, los alumnos y profesores éramos casi de la misma edad [los alumnos eran de una promoción de la Ertzaintza], todos teníamos la misma fe y esperanza en el futuro, y si tuviese que unir aquellos primeros días con un sentimiento, diría que el sentimiento predominante era el de alegría; pese a la incertidumbre, pese al nerviosismo de aquellos primeros días, ya que aunque sí habíamos trabajado en algún euskaltegi con anterioridad, nadie había trabajado antes en un barnetegi, pero teníamos la determinación de la juventud y mucha alegría.

En todo este tiempo no le han perdido la cara al euskera y a la enseñanza. Y no le hablo tanto del alumnado sino de la cantidad de programas e iniciativas en las que han tomado parte para poder integrar a diario el euskera en la cultura o la tecnología, por poner dos ejemplos…

-Por poner dos ejemplos, diré la digitalización del Diccionario Vasco-Español-Francés de Azkue y el programa BOGA. El primero, presentado con motivo del 30º aniversario del Barnetegi, y el segundo por su impacto y difusión. Es un programa multimedia para aprender euskara y es el programa que a tal fin pone HABE a disposición de todos los centros homologados para la enseñanza del euskara. Este programa que comienza a funcionar en el año 2.000 ofrece los niveles que van desde A1 a C1, y para su seguimiento requiere de un tutor. Sin embargo, para acceder al mismo sólo necesita de una conexión a Internet.

Por cierto, ¿han hecho un cálculo de cuántas personas han podido pasar por Zornotzako Barnetegia en estos treinta años?

-En un cálculo rápido podemos calcular más de 30.000 DNI diferentes, pero personas es un poco más complicado ya que son muchos los alumnos que, afortunadamente, repiten.

El verano es su temporada alta. ¿Lo tienen ya todo a punto para este? Si pudiera ofrecerme una estimación de profesores-estudiantes que suele haber...

-Sí, así es, nuestra temporada alta es el verano; sin embargo, la pandemia ha afianzado una tendencia que ya se iba imponiendo, y es que los alumnos no realizan la matricula hasta el último momento. Hace unos años, para mediados de mayo solíamos tener todo el periodo de verano cerrado, ahora eso es impensable, pero no solo en el barnetegi, ocurre lo mismo en todo el sector. Por lo tanto, hasta junio no podremos cerrar julio y así sucesivamente. Sin embargo, seguimos esperando que la temporada de verano del 2022 responda a nuestras expectativas. Normalmente cada quincena solemos tener entre 7-10 grupos, y esperamos cerrar el verano con esas mismas cifras.

El tiempo es oro y más si por ejemplo se está preparando una OPE. Cada nivel ¿en cuánto tiempo se salva un nivel a diferencia de en un euskaltegi tradicional?

-Al final, el tiempo viene a ser el mismo, la dedicación es diferente, asi a mayor intensidad menor número de días, y eso es lo que ofrece el barnetegi. Hay que tener en cuenta que en el barnetegi los alumnos están en contacto con el euskera las 24 horas del día. Unas horas son dentro del aula y otras fuera, pero para cualquier aprendizaje son necesarias horas de estudio en el aula y horas de estudio personales. Esas horas de estudio personales, son las que se incrementan en el barnetegi. Los alumnos tienen que activar todas las estrategia comunicativas y sociales para realizar su vida en el centro. Cuando comen, cuando hacen una labor extraescolar, cuando cenan, cuando comparten habitación, la lengua de relación de nuestros alumnos es el euskara; por lo tanto, al tiempo de estudio en el aula también debemos añadirle el tiempo de aprendizaje fuera del aula.

Por cierto, ¿han notado un aumento de matrículas de personas que están preparando alguna oposición?

-Normalmente quien apuesta por el Barnetegi lo hace por una motivación instrumental como puede ser una oposición. Tenemos que tener en cuenta que el barnetegi supone una inversión fuerte en tiempo y dinero, en relación a las demás ofertas para estudiar euskera, ya que se incluye el alojamiento y las comidas y supone una dedicación de más horas al día para aprender euskera. Cuando hay oposiciones, normalmente lo solemos notar, pero en esta ocasión no. La guerra y la situación de incertidumbre que esta ha traído consigo han hecho que el consumo se retraiga mucho.

La inmersión plena ¿es la solución idónea?

-No sé si es la solución idónea. A mí me gusta la Neurociencia y todavía no tenemos el mapa del cerebro, no sabemos con absoluta certeza cual es el camino, o la mejor vía para aprender un idioma. Sí sabemos que en los primeros años la forma innata es el contacto, pero a partir de ahí no está claro. Pero de lo que no cabe duda es de que la inmersión cambia la relación afectiva de los alumnos con el euskera, y una buena relación afectiva es el primer paso para poder aprender, no solo euskera, sino cualquier materia. Además, en el caso del euskera, en ocasiones se han sentido obligados, y esa obligación no ha hecho más que intensificar su mala relación con el aprendizaje de idiomas, con el aprendizaje del euskera. En el barnetegi, sin embargo, el euskera son afectos positivos, son los compañeros, nuevos amigos, los trabajadores del barnetegi, los profesores, … y normalmente, si somos capaces de hacerlo bien, los alumnos responden favorablemente a esa corriente afectiva y comienzan a cambiar su relación con el euskera. Así, empiezan a entablar una relación más neutra con el aprendizaje de idiomas, con el aprendizaje del euskera. Y es que aprender, a diferencia de lo que muchos piensan, es un proceso activo y afectivo. Activo porque aprender es hacer y afectivo porque para hacer hay que querer hacer.

Y en base a su experiencia, ¿qué es más importante: aprender euskera o usar el euskera?

-Si no se conoce el euskera es imposible hablarlo. Y cuanto más se conoce, más se disfruta de su uso. Para la transmisión es primordial el uso, porque como ya he dicho el aprendizaje de idiomas en los primeros años es por imitación. Pero, incluso en el caso de los más pequeños si no hay una masa crítica suficiente la cosa se complica mucho. En ocasiones se nos responsabiliza a los que sabemos euskera del uso o no uso, pero eso es injusto. Un castellanoparlante usa la lengua y punto, su uso es un uso más dominante, más hegemónico, sin dudas. Pero el euskera es una lengua minoritaria y con una tradición muy concreta. Yo, por poner un ejemplo, a las mañanas cuando tengo que desplazarme por trabajo a un lugar que no conozco, y voy a un bar a tomarme un café, me veo preguntándome si la persona que va a atenderme sabrá o no euskara, para saber cómo dirigirme. Pero no solo hago eso sólo en esas ocasiones. Tenemos que tener en cuenta que se nos inculcó hablar castellano con el que no sabe euskera como una cuestión de respeto hacia esa persona. Por tanto, yo creo que ambas son muy importantes y complementarias. Si nadie aprende no se puede usar, si no tienes con quien usarla no la aprendes, y como ha dejado claro Euskaraldia, para usarla hace falta una masa crítica suficiente e identificada que posibilite su uso.

Las encuestas siempre reflejan un conocimiento elevado del euskera por parte de la población, pero luego la calle dice lo contrario...

-No creo que la calle diga lo contrario. La calle lo que dice es que el uso no se adecua al conocimiento. Si no hubiese lenguas mayoritarias que todos damos por supuesto que el otro sabe, quizás el euskera gozaría de más usuarios en la calle, pero iniciativas como Euskaraldia pueden ayudar a cambiar los enfoques que venimos arrastrando y a identificar con más éxito a las personas a las que podemos dirigirnos en euskera.

Y entre la juventud los datos han llamado la atención de las instituciones. La responsabilidad y el compromiso de los progenitores ¿es imprescindible?

-Una lengua minoritaria necesita del esfuerzo de todos. La recuperación del euskera es un modelo de recuperación que ya están copiando otras lenguas minoritarias. Aun así, todavía necesita de la responsabilidad y del compromiso de todos, y también, claro está, del de los progenitores. Pero en ocasiones responsabilidad y compromiso son palabras que no se entienden bien. En ocasiones tienen un componente negativo o culpante. Yo no las interpreto así. Responsabilidad sí, pero en positivo, desde el punto de vista de que los actos traen frutos, cosas buenas. Además, hay que tener en cuenta que la escuela no puede hacer sola todo el trabajo. La Neurociencia dice que el aprendizaje de idiomas es innato al ser humano, excepto que haya un problema fisiológico, todos aprendemos, y podemos aprender al principio todas las lenguas, nuestro cerebro está preparado para ello; por lo tanto, ¿por qué negarles a los hijos esa posibilidad? Si en un grupo hay 15-20 niños y en las casas de la mayoría solo se habla castellano, la capacidad comunicativa de esos niños estará más desarrollada en ese idioma y tenderán a comunicarse en ese idioma. El resto podrá intentar hacer tracción hacia el euskera, pero no lo conseguirán, ya que la fuerza de tracción de una lengua mayoritaria con relación a una lengua minoritaria es mucho mayor que a la inversa.

¿Cree que la gente no valora como debiera el hecho de tener un idioma propio y único en el mundo?

-Pues desgraciadamente pienso que no. En mi opinión hasta la cultura ha sido y es hegemónica. Por tanto, al igual que hay lenguas mayoritarias y minoritarias, también hay culturas mayoritarias y minoritarias. Así, aunque podemos entender que la UNESCO se gaste montones de dinero en la recuperación de las pirámides de Egipto, por ejemplo, nos cuesta entender que el euskera, si ha de sobrevivir, necesita medidas que la protejan y recursos para que dichas medidas sean efectivas. Así, esas medidas y esos recursos se siguen discutiendo, aun sabiendo que un idioma es patrimonio de la Humanidad, y por lo tanto, el euskera también lo es.

Las segundas y terceras generaciones de personas migradas son un ejemplo de integración e inclusión social gracias al euskera en muchos casos.

-Sí, así es, hay muchas personas que podríamos ubicarlas en ese grupo y que hoy en día son grandes activistas en favor del euskera, porque lo usan y viven en euskara.

Además del euskera hacen un esfuerzo para que su alumnado conozca algo más de la cultura vasca. ¿Hay alguna varita mágica para sacar el euskera fuera del entorno formal, del aula?

-El euskera no necesita de varitas mágicas, es su propia varita mágica. ¿Cómo vas a conocer el mundo de la cultura, si no conoces el euskera? ¿Cómo vas a conocer el ambiente de una final de bertsolaris, si no conoces el euskera? ¿Cómo vas a leer nada en euskera, si no sabes leer en ese euskera? … El euskera es la varita mágica que necesita el euskera.

Escuché decir a Karmele Jaio al concluir la Korrika que “El euskera no es algo que tengamos, es lo que somos”…

-Sí, durante mucho tiempo se ha pensado que somos seres racionales, pero ahora sabemos que somos seres parlantes o hablantes, las palabras es lo que somos, es lo que nos hace. Y al ser nuestras palabras en euskera, nosotros somos euskera.

También apostaba por eliminar los sufijos -berri y - zaharra de la palabra ‘euskaldun’. ¿Qué opina?

-Totalmente de acuerdo. Berri y zahar hacían referencia más a forma de adquirir la lengua, a la alfabetización o a la trasmisión familiar. En la situación actual todos somos más berri y más zahar, más mezcla que antes, todos estamos más alfabetizados, y en la trasmisión participan más agentes que los progenitores, porque el euskera ha dejado de ser una lengua del entorno exclusivamente familiar para ser una lengua de uso público.

¿Es posible soñar en euskera?

-Por supuesto, es posible soñar en euskera y para el euskera. Y para que los sueños se hagan realidad son necesarias medidas efectivas, trabajo y recursos.