Un cuarto de siglo formando a actores, actrices, directores, realizadores, técnicos y demás personal que hacen posible que el gran público disfrute de las artes escénicas. “Cumplir 25 años era impensable cuando empezamos, pero lo hemos logrado gracias a que todo ha ido surgiendo de forma natural. Creciendo poco a poco gracias a nuestro trabajo, nuestra energía, el apoyo institucional y relaciones internacionales que hemos ido tejiendo”, explica Fer Montoya, director de esta escuela que ha formado a cerca de 2.000 personas en este cuarto de siglo.Ante la ausencia en Bizkaia de escuelas en las que se impartiese formación reglada de arte dramático, Montoya decidió dar un paso al frente y crear BAI. “Los jóvenes y no tan jóvenes, tras participar en talleres de teatro, tenían que irse a Madrid, Barcelona o Sevilla si querían seguir. Creímos que existía la oportunidad de crear aquí un proyecto de formación continua”, rememora Fer.
Aquellos comienzos fueron bastante humildes y los cursos se impartían tres días a la semana, pero con trabajo y buscando hacer de las clases y las asignaturas espacios personalizados el proyecto fue creciendo. “Aprendimos mucho con nuestros alumnos”, recuerda Montoya. La escuela BAI ha tirado de capacidad de adaptación y de coger lo mejor de cada modelo de formación tomando como referencia escuelas de todo Europa. “Han cambiado muchas cosas en la sociedad y también en las artes escénicas, ahora, por ejemplo, hay muchos avances tecnológicos que abren posibilidades. Al principio, estábamos más cerca generacionalmente de los alumnos y eso ayudaba. Ahora, la experiencia cuenta a nuestro favor”, indica Montoya.
De alumna a profesora
Hay personas que se han labrado una gran carrera en el mundo de la interpretación, la dirección... Y casos como el de Olatz Gorrotxategi, quien también ejerce de docente en BAI. “Un paso natural y paulatino porque empecé impartiendo talleres y de ahí pasé a ser profesional de la enseñanza. He notado que quienes vienen ahora a la escuela tienen muy claro que deben especializarse”, indica Olatz, quien cree que “de alguna manera, les transmitimos la pasión que tenemos por las artes escénicas y buscamos adaptarnos a cada grupo siempre que es posible”, explica. Hay un gran cambio de primero a cuarto y, en ocasiones, quien no destacaba, en cuarto ha logrado desarrollar todo su potencial. La clave de todo es el trabajo, porque el talento hay que trabajarlo mucho”, añade.
Desde 2004, la escuela organiza anualmente este Festival Internacional de Escena Emergente, “una apertura al mundo muy enriquecedora”, apunta Fer, que comenzó a dirigir la escuela a los 28 años. En esta ocasión, se desarrollará entre los días 2 y 5 de noviembre. En la actualidad, se están puliendo, en colaboración con el Ayuntamiento, los últimos detalles de la programación de las bodas de plata y el futuro se presenta ilusionante.
Pioneros
Antes de la llegada de la escuela, muchas personas que querían formarse en el sector artístico debían viajar a Madrid, Barcelona o Sevilla ante la ausencia de centros similares en Bizkaia.
Festival
BAI organiza desde hace 18 años su propio Festival Internacional de Escena Emergente. El escaparate perfecto para los nuevos talentos. Ya han adelantado que la próxima edición tendrá lugar los días 2 y 3 de noviembre.
Experiencia
El bagaje de la escuela ha agrandado la distancia generacional con el actual alumnado. A cambio, el personal docente ha ganado en experiencia para seguir ofreciendo en Barakaldo un programa personalizado.