Las presuntas irregularidades destapadas en las cuentas de la DYA en el periodo en el que Fernando Izaguirre fue el presidente ha provocado en el seno de esta organización, sin ánimo de lucro y dedicada a prestar auxilio a quien lo necesita, "malestar y enfado".

Sin embargo, según ha explicado el actual portavoz de la junta directiva de la DYA, Javier Liz, todo está en manos de la justicia y desde la entidad poco más pueden hacer que seguir trabajando "de la misma manera" para ayudar a quien lo requiera. "Nuestra labor no ha cambiado y seguimos haciendo lo que hemos hecho siempre, estar al lado de quien lo necesita", ha insistido Liz, quien ha confesado que aunque este tipo de situaciones "afectan en el sentimiento, son incómodas y no benefician" confía en el apoyo incondicional de los socios y voluntarios. "Lo que ha pasado ha generado un sentimiento doloroso, de tristeza, pero eso no afecta a la actividad del día a día. Es todo lo contrario. Les anima a estar más seguros de todo lo que hacemos. Vamos a continuar haciendo labor social que realizamos en Bizkaia, y esperamos que la gente siga respondiendo como ha respondiendo hasta ahora".

DELITOS ECONÓMICOS

Liz ha aclarado que la sucesión de los hechos que llevaron al anterior presidente a dimitir de sus diferentes cargos ha sido por la investigación abierta por varios delitos económicos entre 2016 y 2021, años en los que estuvo al frente de la organización. Fue concretamente en mayo del año pasado cuando Santiago Gonzalo, hasta entonces tesorero en la junta directiva de la DYA, relevaba a Fernando Izaguirre tras su nombramiento en el cargo público.

Tal y como explica el actual portavoz cuando se empezó a investigar la situación en las diferentes empresas en las que participaba la DYA y se detectaron operaciones anómalas que tras ser estudiadas por un auditoria se trasladaron a los asesores jurídicos. "Comprobamos que a nuestra opinión existía una falta importante de transparencia", apunta. De hecho, fueron las recomendaciones de los propios asesores lo que llevaron a la DYA a poner en marcha los correspondientes procesos legales que sirviesen para aclarar las operaciones, relacionadas fundamentalmente con empresas externas.

INFORMACIÓN A SOCIOS Y VOLUNTARIOS

Desde octubre de 2021, y tras la realización de una auditoría, la junta directiva venía informando en diferentes asambleas las irregularidades relacionadas con "una serie de personas que son las que han intervenido en esas operaciones". "Entonces se hizo un ejercicio de transparencia para tener todos los datos estudiados y contrastados. "Se hizo una reunión con los voluntarios para informar que se estaban detectando varias cosas que se estaban investigando y que se informaría a medida que se fuera aclarando".

Liz ha asegurado que desde que llegó la nueva directiva se instauraron nuevos controles para subsanar las deficiencias que ya existían y se han implantado más sistemas todavía para que cosas que han sucedido no vuelvan a ocurrir, siempre asesorados por auditores externos. "En ningún momento denunciamos a un compañero, sino unas operaciones irregulares en las que intervienen una serie de personas. Los abogados nos dijeron que eso había que ponerlo en manos de la justicia para que se aclarase y fue lo que hicimos. En el momento que todo pasa a las justicia nosotros nos apartamos de ello y seguimos con lo nuestro, que es ayudar", ha hecho hincapié.