La de ayer fue la cuarta y última incursión en territorio vizcaino de la multitudinaria carrera en favor del euskera. Y lo hizo arropada por miles y miles de euskaltzales, de todas las edades, que aprovecharon el cielo limpio y las temperaturas agradables para sumarse a Korrika a su paso por las localidades con vistas al mar: de madrugada tomó el relevo Ezkerraldea y a eso de las seis de la mañana cruzaba de Portugalete a Getxo; y poco a poco, kilómetro a kilómetro, avanzó hacia Sopela, Plentzia, hasta llegar a Mungia desde donde volvió a enfilar camino de la línea de costa. Pasado el mediodía recalaba en Bakio, desde donde enfilaba hacia Bermeo y la vecina Mundaka.

Y a eso de las cuatro de la tarde Ana Otadui Biteri recogía el testigo en las inmediaciones de la Casa de Juntas de Gernika. Allí, a escasos metros del Árbol de Gernika, la presidenta del Parlamento de Bizkaia acompañada de varios junteros, entre los que se encontraban Jesús Lekerikabeaskoa, Bea Ilardia, Zigor Izuzkiza, Emilio Lobato, Héctor Fernández y Mikel Bagan, levantaba el lekuko y marcaba el ritmo del kilómetro comprado por la institución foral. A eso de las siete de la tarde, Lekeitio vibraba con la entrada de Korrika. Desde allí, pasando por Aulesti, Markina-Xemein, Berriatua y Ondarroa, la carrera en favor del euskera tocaba suelo guipuzcoano en la localidad de Mutriku.