Esta Nochevieja y Año nuevo son diferentes. Diferentes porque a última hora los camareros dejarán de contar con la paga extra de Nochevieja y porque muchos jóvenes cambiarán la discoteca por la calle, las casas o los txokos. Y también porque el jersey de cuello vuelto dará paso a la camiseta de manga corta. Restricciones a última hora y temperaturas veraniegas hacen que Bizkaia acoja 2022 de una forma a la que no está acostumbrada. Si es verdad que el buen tiempo anima, en este caso ha sido el antídoto para calmar la frustración de jóvenes que ya tenían compradas sus entradas para un cotillón.

Pendientes hasta última hora de lo que decida hoy el juez con respecto a las restricciones pactadas por el Gobierno vasco y otras cinco comunidades que obligan a todos los locales de hostelería a cerrar en Nochevieja y hasta el 28 de enero, a la una de la madrugada, la juventud ha buscado alternativas para no quedarse en casa.

"Yo cenaré en Nochevieja con mi familia y después vamos a ir a alguna casa o algún txoko de la cuadrilla y si no, celebraremos la Nochevieja en la calle, pero en casa no nos vamos a quedar seguro", dice Ainhize Larraz. "Se vuelve a criminalizar a la hostelería una vez más, el objetivo es básicamente reducir el contacto de la gente para que haya menos contagios, pero cerrando los bares lo único que se consigue es que los hosteleros pierdan el dinero y que la gente se junte en la calle en vez de en discotecas o bares. Por lo tanto, el contacto no se va a reducir", explica.

Un año más, la primera madrugada del año se vivirá alejada de los DJs, los bufferse. Con las entradas compradas y los trajes y vestidos más elegantes listos para estrenar los jóvenes tendrán que dar la bienvenida al 2022 en sus casas, ¿o no? La llegada del covid en 2020 hizo que la Nochevieja de aquel año se viviese lejos de la música a todo volumen a la que estaban acostumbrados cada 31 de diciembre antes de que llegase la pandemia. En esta ocasión, ha sido la variante ómicron la que lo ha hecho. Sin embargo, muchos jóvenes no contemplan recibir el 2022 desde el sofá.

Además de los límites de horario, las restricciones anunciadas por el lehendakari, Iñigo Urkullu, fijan un aforo general al 60% en los locales, con grupos de 10 personas máximo y se recupera la prohibición del consumo de pie. Asimismo, el 1 y 6 de enero la apertura al público de todos estos establecimientos no podrá hacerse antes de las 8.00 horas, salvo en gasolineras, áreas de servicio y farmacias, así como en el servicio de desayunos de hoteles y otros alojamientos.

Así, las restricciones han vuelto a poner en jaque a la hostelería en fechas especiales. Javi Iturregui es uno de los hosteleros que ha tenido que empezar ya a realizar las devoluciones del dinero de las entradas y a desmantelar todo lo que había preparado para esta noche tan especial. "Estamos devolviendo ya el dinero de las entradas y ofreciendo una ofertilla de cambiarlas en vez de por los 50 euros, por 10 copas a lo largo del año, pero la mayoría de la gente lo que quieres es coger el dinero", explica.

"Camareros, servicio de limpieza, seguridad y demás trabajadores que contaban con el extra de Nochevieja ya no lo van a tener", detallaba Iturregui, quien además destaca que esta medida les "quita un montón de ventas y de productos para vender en este año que ha sido tan duro".

Alternativas

Algunos locales han optado por dar un vuelco a la celebración de Nochevieja y hacerlo en un horario diferente al habitual, ofreciendo así una alternativa a los jóvenes. "Hay bares que harán la celebración al día siguiente [sábado 1 de enero] pero nosotros no optamos por ello porque sería un desfase. Hay locales que van a abrir a las 8 para aguantar la fiesta", explica Iturregui.

En Bilbao hay ya varios locales que han programado la fiesta de Nochevieja para el día 1 de enero por la tarde, hasta la una de la madrugada, hora límite para el cierre de los locales de hostelería hasta el próximo 28 de enero. "Con estas medidas están consiguiendo que el ocio nocturno se convierta en ocio diurno porque las discotecas abrirán de 7 a 1 en vez de a partir de las 12 de la noche", explica alarmado Diego Irala, uno de los tantos jóvenes al que las salas de fiesta tendrán que devolverle el dinero.

"Yo, sí iba a salir a tomar unas copas pero lo que consiguen es que probablemente hagamos botellón, y no solo yo y mi cuadrilla, yo creo que Jardines de Albia, el parque de los patos,... es decir, los puntos clave de los chavales se van a llenar", auguraba. En la misma línea que Irala, Iker Alexander señala que "esa noche [por Nochevieja] se va a juntar la gente en el parque de Doña Casilda y si no es ahí, será en el de Iturrizar, y si no será en el botánico de Barakaldo y si no, en las Siete Calles o en Abando...".

En su caso va a celebrar la última noche del año confinado, pero aunque dio positivo hace cuatro días, la idea de celebrar la Nochevieja en una discoteca ya no estaba entre sus planes. "Desde que cogí la entrada en octubre hasta hoy la situación ha cambiado mucho. Cuando la cogí no tenía ninguna duda de acudir a la fiesta y hace menos de un mes, un par de semanas empecé con dudas", dice. "Ahora no puedo acudir porque estoy confinado, pero antes de contagiarme ya había decidido que no iba a ir. La decisión la tomé hablándolo con mi familia, con mi entorno, hace dos semanas", añade.

Con los positivos disparados, habrá muchos vizcainos que pasen la Nochevieja en casa confinados, como Iker Alexander. También los habrá que den la bienvenida al año nuevo en casa con la familia, quien se junte con amigos en un txoko o quien aproveche el buen tiempo para celebrarlo en la calle. Por segundo año consecutivo el coronavirus hará de esta Nochevieja una entrada de año diferente para muchos aunque para otros seguirá igual, ya que las restricciones no les han hecho cambiar sus planes.

Es el caso de Idoia García e Igor Alesanco que cada año se reúnen en navidades y, para terminar este 2021, aprovecharon el buen tiempo y brindaron en el Golfo Norte. "Venimos todas las navidades desde París y Alemania para reencontrarnos. La noche la celebraremos en familia, sin fiestas, pero lo que no puede faltar es vernos", cuenta esta pareja de amigos que ni la distancia, ni el covid, ni las restricciones puede separar.

"Tenía entrada, pero desde que la cogí han cambiado las cosas. No iría aunque se pudiera"

Joven

"Estamos ofreciendo la posibilidad de cambiar la entrada por un bono para tomar copas"

Hostelero

"Voy a cenar en casa con mi familia y después iremos a algún txoko o casa de la cuadrilla"

Joven