Dicen que el cuerpo necesita 21 días para acostumbrarse a algo. Bizkaia ha vivido más de veinte jornadas con precipitaciones constantes, mañana, tarde y noche, pero los vizcainos no se han habituado a despertar y volverse a acostar con lluvia. Prueba de ello es que este domingo cientos de personas han aprovechado el soleado día para salir de casa y pasar la jornada fuera de casa disfrutando del calorcito del sol que tanto se echaba de menos. Parques, paseos, playas y terrazas estaban llenos de familias, parejas y amigos que han querido disfrutar de los primeros rayos de sol de diciembre.

Levantar la persiana y ver el sol ha hecho a Leire Jauregui y a Íñigo Martínez dar un giro radical a sus planes de domingo, cuentan que “ha sido una alegría despertar y ver que hacía un día tan bueno”, no solo para ellos, también para su perra Aria. “Nuestro plan si seguía lloviendo iba a ser manta y peli, pero al levantarnos hemos visto el sol y ha sido una alegría ver que hacía un día tan bueno. Hemos decidido ir a dar una vuelta al monte y hemos estado allí más de una hora. Nosotros lo hemos agradecido, pero Aria creo que ha sido la que realmente lo ha disfrutado”, contaban.

“Aprovecharemos para comer en una cervecera al sol y después por la tarde tomaremos algo para disfrutar de los últimos rayos de sol del día, porque nunca se sabe cuándo vamos a poder volver a disfrutar de una día así. Después de todos estos días lloviendo ahora valoramos más los días como el de hoy”, apuntaban además.

El sol podría ser, en cierta manera, una especie de antidepresivo, eso dicen los expertos ya que influye en los niveles de vitamina D y Serotonina, lo que hace que el estado de ánimo mejore.

No solo lo dicen los expertos, también María Gómez, que este domingo “ha transformado completamente” su estado de ánimo. “Hoy al levantarme y levantar la persiana mi estado de ánimo se ha transformado completamente, el cielo estaba azul, lucía el sol. Después de veintiún días de lluvia el estado de ánimo era una apatía total. No tenías ganas de salir, sales justo para ir a trabajar, hacer las cuatro compras necesarias y otra vez a casa”, explicaba.

En las terrazas

Los jóvenes han visto en los últimos meses cómo su día a día y su forma de relacionarse cambiaba por completo, el covid les hizo adaptarse a otra forma de comunicarse, sin contacto estrecho y con precaución y cuando parecía que la situación mejoraba una sexta ola azota Euskadi y el temporal les encierra. “Con el coronavirus hemos tenido que cambiar todo, cómo salir y dónde juntarnos. Ahora nos relacionamos en las terrazas pero con los días que ha hecho ha sido imposible”, contaba Diego Zamora mientras disfrutaba de la mañana en el paseo de Ereaga. “Llevábamos mucho días que llovía y a pesar de que queríamos estar fuera no podíamos. El puente me he ido a Valencia y cuando volví seguía lloviendo. La gente de Bilbao no ha disfrutado de los días libres, los que salimos hemos visto algo el sol”, apuntaba.

Ahora, con una semana soleada por delante Diego y sus amigos aseguran que van a “disfrutar de los días en las terrazas” para “no coger el coronavirus porque con las Navidades cerca no nos queremos arriesgar, aunque estamos vacunados no sabemos qué les puede pasar a nuestras abuelas”.

Ahora, con la tregua que el temporal ha dado, los vizcainos podrán aprovechar para pasear, comprar los regalos de Navidad y disfrutar de los días sin el chubasquero, las katiuskas y el paraguas en la mano; aunque no hay que dejarlo muy lejos porque, como aseguraban Leire e Íñigo, “nunca se sabe” cuándo se volverán a necesitar. Aunque por el momento, parece que el tiempo ofrecerá un poco de calma; según Euskalmet, la agencia vasca de meteorología, el sol acompañará hasta, por lo menos, el viernes.