sus 28 años, Pilar Arteaga ha alcanzado el sueño que tiene desde niña: ser veterinaria. Desde hace apenas un año se encarga de la vida de unas 600 vacas a las que ha comenzado a subir a la nube a través de un proyecto con el que pretende lograr un ganado 4.0 y poder usar los macrodatos para que el sector ganadero pueda afrontar el futuro. “Las cosas se siguen haciendo prácticamente como hace 40 años”, explica esta veterinaria nacida y criada en el campo, en Brihuega (Guadalajara), y que hace unos ocho meses dejó su vida en Bilbao para encargarse de una ganadería de vacuno lechero en Las Pachecas, en las inmediaciones de Jerez de la Frontera (Cádiz).

Ella es una de las mujeres a las que trata de rendir tributo y visibilizar el Día Internacional de la Mujer Rural que se celebra hoy. Pilar Arteaga forma parte de ese núcleo de mujeres desde hace apenas un año, pero su espíritu innovador ya le ha hecho merecedora de ser finalista de los Premios Ganadería en Femenino 2021. Y es que se ha propuesto trasladar el ganado del mundo analógico al digital y al de la inteligencia de datos, porque también en el entorno de las vacas la información es poder. “Tener datos nos permite sobre todo acortar los tiempos de poder tomar decisiones y que éstas sean más eficientes”, explica, mientras subraya la importancia para el sector de mejorar la eficiencia.

Ella ha decidido afrontar ese reto introduciendo un programa de gestión del rebaño, muy extendido en EE.UU., pero apenas conocido en el Estado. El programa permite recoger toda una variedad de datos de la vida de la vaca y conectarlos a la nube. Ese espacio on line se alimentará en breve con la implantación de un sistema de crotales -unas etiquetas- en las orejas de las vacas que monitorizarán su actividad y por medio de fórmulas matemáticas será capaz de detectar patrones concretos en cada animal individualmente.

“Por ejemplo, las vacas cuando están en celo andan más, así que sabremos con más precisión cuándo es el mejor momento de la inseminación. O cuándo ha llegado el momento del parto, o cuándo tiene una enfermedad o una cojera”, describe. Las alertas tempranas que permitirá este sistema, que incluso registrará los minutos de rumia o el comportamiento grupal, permitirá así abordar antes y con más precisión situaciones y con ello, entre otras cosas, reducir el uso de antibióticos o de hormonas.

En un tercer paso, la ganadera llevará la tecnología a la sala de ordeño, para que la información de la producción de la leche llegue también a la nube. Ella, que releva en el cargo a un hombre que se jubiló tras gestionar la ganadería durante más de cuarenta años, trabaja junto a ocho hombres y tiene fe ciega en que el mundo se puede cambiar.