El Banco de Alimento atendió el año pasado a un total de 30.140 personas, lo que representa un incremento del 20% respecto a las cifras de 2019, repartiendo en total 4,3 toneladas de comida.

En la memoria de 2020, su presidente, Miguel Ángel Fernandino, reconoce que 2020 fue un año "extraño y complicado", ya que el covid "provocó una crisis sanitaria sin precedentes y unos daños socioeconómicos de tal magnitud que nos obligaron a modificar seriamente nuestras pautas de actuación para acomodarnos a un nuevo entorno mucho más hostil y complicado, al tiempo que debíamos afrontar un 30% de incremento de las personas necesitadas de ayuda urgente".

Aquel pico de los primeros meses de pandemia se tuvo que compaginar con la ausencia obligada de voluntarias y la imposibilidad de colectas con entrega física. "El milagro fue posible porque la población de Bizkaia hizo suyo este problema y tuvo una respuesta generosísima mostrando una gran solidaridad. Lo que se consiguió fue un resultado muy superior al esperado y al de años anteriores", reconoce Fernandino.

En total, la asociación repartió 4,3 toneladas de alimentos, principalmente lácteos (1,1 toneladas), frutas (747.280 kilos), verduras (324.000), pasta y arroz (310.762), conservas (298.269) y legumbres (277.021).

En cuanto a su procedencia, la mayoría recibidas desde la Unión Europea (791.327 kilos) y de alimentos perecederos (705.839) pero también donadas por Mercabilbao (632.153 kilos, tras incrementar un 24,8% su aportación), empresas de distribución (597.398) y alimentarias (587.804), y cooperativas agrículas (385.244).

La mayoría de las personas atendidas fueron familias que no tienen recursos (26.110), pero también se repartieron alimentos en comedores, centros de inserción social, de acogida, residencias, colegios e instituciones religiosas.