OS recursos paisajísticos, artísticos y monumentales de Arratia hacen de esta comarca un lugar perfecto donde disfrutar de paisajes únicos en plena naturaleza, conocer mejor la historia vasca, disfrutar de la buena cocina y realizar deportes al aire libre.

Areatza, Arantzazu, Artea, Bedia, Dima, Igorre, Lemoa y Zeanuri forman el cartel de localidades que alberga la comarca de Arratia, una amplia representación de municipios donde sobresale por encima de todo el valor de la naturaleza.

El Parque Natural del Gorbeia es su principal seña de identidad, un espacio protegido y el mayor Parque Natural del País Vasco que cuenta con una superficie de 20.000 hectáreas y abarca las localidades de Areatza, Artea, Orozko, Zeanuri y Zeberio en Bizkaia, y Zigoitia, Zuya y Urkabustaiz en Araba, articulándose en torno al monte Gorbeia. Su pico más alto aloja la mítica Cruz del Gorbeia, de 17 metros de altura, convertida en un tradicional punto de referencia del montañismo vasco, que al igual que sus cimas (Gorbeiagane, Aldamin, Oketa, Berretin€) reciben gran cantidad de visitantes a lo largo del año, destacando entre sus paisajes la cascada de Gujuli, el Ojo de Atxulaor, el Hayedo de Altube. Dentro del Parque Natural o limitando con el mismo existe una gran variedad de áreas recreativas aunque la más conocida del territorio vizcaino es Pagomakurre.

Pero además de los recursos naturales, Arratia se ha ido enriqueciendo con el paso del tiempo de museos y lugares interesantes desde donde conocer las características y la personalidad del propio valle. Algunos de estos lugares son el Molino de Olabarri, en Zeanuri; el Molino de Zamakola, en Dima; o el Museo del Caserío Vasco, en Artea.

Este último, el Euskal Baserria, es una fiel reproducción de la casa rural vasca del siglo XVII construida en piedra y madera, que ofrece una amplia variedad de servicios y de ofertas culturales y etnográficas. Dispone de un parque temático que reproduce toda la historia del hombre y la mujer vasca desde la época de las grandes glaciaciones hasta el siglo XIX. En el interior se puede ver en funcionamiento todos las herramientas y maquinarias de los antepasados tales como ferrería, molino, harinero, carpintería hidráulica, horno de hacer pan, etc.

Pero el interés de Artea a nivel turístico va más allá del Museo del Caserío Vasco y reside también en la Iglesia de San Miguel, donde se pueden admirar elementos que datan del siglo XI y la Casa Torrea del siglo XVI.

Palacio Gortazar

Por su parte, en el centro urbano de Arantzazu el visitante encontrará de interés la Casa Consistorial, la Iglesia de San Pedro, y el precioso puente de Zelaia.

En el caso de Dima, la Central Hidroeléctrica de Errotazar conserva la riqueza del pasado, una instalación con más de cien años a sus espaldas. Otro de los reclamos turísticos de Dima son las Cuevas de Balzola, una riqueza natural muy visitada y valorada, especialmente por los escaladores, al constar de un arco natural, resto de una antigua galería de cueva, desmantelada por la erosión.

En el municipio de Igorre, formado por siete barrios, destaca la iglesia parroquial de Santa María, con retablos en su interior de diversos estilos. Igorre además posee numerosas ermitas situadas en diferentes barrios, entre las cuales podemos citar la ermita medieval de San Cristóbal de Elgezua, de planta rectangular y estilo románico tardío.

presente industrial

Pero Arratia cuenta también con un presente muy industrial como dejan constancia los municipios de Lemoa y Bedia, esta última, anteiglesia a medias rural e industrial, que en lo eclesiástico dependió de Galdakao.

Lemoa es el otro municipio puramente industrial, donde gran parte de la actividad de esta anteiglesia ha girado en torno a la fábrica de cemento. El primitivo núcleo de Elizondo, presidido por la parroquia, es el punto donde se ubica hoy el grueso de la población.